El Real Madrid vapuleó ayer a un débil Málaga en el regreso de Manuel Pellegrini a un Bernabéu que disfrutó de la fuerza de su equipo y acabó con preocupación por una lesión de Cristiano Ronaldo en su tobillo izquierdo tras firmar un ‘hat-trick’.
Ya no hay margen para el error para el conjunto blanco. La distancia con el Barcelona vuelve a ser de siete puntos tras una reacción de casta como respuesta al triunfo de su gran rival en Mestalla. No bajará los brazos en la pelea por la Liga aunque el transcurso de la competición complique sus opciones.
Regresaba Pellegrini al Bernabéu y lo hizo con la elegancia que le caracteriza. Sin entrar en la polémica de la previa tras las declaraciones de Mourinho, fue el chileno el que se dirigió al banquillo local que ocupó el año pasado, para saludar al portugués. La directiva truncó a medias su proyecto por la falta de títulos, pero nadie tiene una mala palabra sobre él.
Sobre el tapete no pudo plantar batalla. El Málaga anda en otras peleas. Con bajas, aguantó 20 minutos. El tiempo que tardó en despertar el Real Madrid y su empuje le condujo a la goleada. Con Cristiano obcecado, la calidad de Özil y la magia de Di María desatascaron el encuentro.
Comenzó el argentino probando a su compatriota Willy Caballero antes de dar dos asistencias que provocaron la ovación del público. En la primera se entretuvo Benzema, que acabó pidiendo penalti, y la segunda, con un balón picado, dejó a Marcelo en el mano a mano que falló al llegar forzado.
fuera de juego. El cuadro andaluz se conformó con aguantar y hasta probó a Casillas. El capitán sacó dos tiros de Eliseu y Quincy justo antes de ver como se anuló un gol a Benzema por fuera de juego. La noticia estuvo en la falta. Xabi Alonso la puso en juego y dejó a Cristiano clavado, pensando en el disparo que habría soltado pese a la larga distancia a puerta.
Siete después se repitió la acción y esta vez el gol subió al marcador. La puso Alonso y Benzema la remató de primera en un gesto de calidad. El francés se recrea en lo fácil y hace sencillo lo difícil.
Había una consigna del vestuario en las faltas. Públicamente, Mourinho defendió que las tire Cristiano porque es el mejor, pero su índice de acierto es bajo. No lanzó las dos primeras y la tercera la chutó Özil. El poste evitó el gol.
Sentenció el duelo Di María. Primero marcando a placer al aprovechar un pase de Marcelo a la contra y el regalo de Gaspar, último hombre que falló al despejar. Y al borde del descanso con un pase de genio. De primeras. Dando al balón un efecto contrario a la orientación a su cuerpo. Marcelo la enganchó a la red. Imparable.
Faltaba Cristiano por sumarse a la fiesta. Tres jornadas sin marcar y gestos de desesperación. Desperdició una clara en el primer acto y el disparo no cogió el efecto que quería. Creó una segunda, marchándose de dos en velocidad y de un tercero con un auto pase antes de soltar un latigazo abajo que sacó con brillantez Caballero. A la tercera no perdonó. A pase de Özil, control orientado y zurdazo que ni celebró. Quería más.
Esa ambición es elogiable y extensible al equipo. Buscó vapulear el Real Madrid y lo consiguió. Benzema firmó su doblete de cabeza, a pase de Marcelo. Y Cristiano un ‘hat-trick’ que le coloca como máximo goleador. Fueron siete. No más por Caballero. Fue el mejor de un Málaga que acabó con nueve por expulsión de Gaspar y lesión de Cala.
El Real Madrid terminó con 10 por la lesión de Cristiano Ronaldo en el tobillo. En el momento en el que todo está en juego, se encienden las luces de alarma.
