El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno envió ayer a la cárcel a los dos titiriteros que representaron durante las fiestas de carnaval celebradas en el distrito madrileño de Tetuán una función en la que mostraron, ante un grupo de niños acompañados de sus padres, una pancarta con el lema ‘GORA ALKA-ETA’. El magistrado imputó a los artistas Alfonso Lázaro y Raúl García, de la compañía ‘Títeres desde abajo’, enaltecimiento del terrorismo, penado con hasta tres años de prisión, y un delito cometido con ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y las libertades públicas garantizados por la Constitución, castigado con penas de entre uno y cuatro años de cárcel.
El juez Moreno, que acató la petición formulada por la Fiscalía, explicó en un auto que decidió ordenar la prisión teniendo en cuenta la gravedad de estos delitos y el hecho de que los titiriteros ya habían escenificación esta función en Granada, incluso con “un contenido más violento”. Así, agregó que el cartel enseñado no sólo ensalzaba a ETA sino también a Al Qaeda, a través del término ‘Alka’ que, según afirmaron los acusados durante su declaración, era un “juego de palabras” de la organización yihadista.
Por su parte, Ahora Madrid emitió un comunicado en el que calificó de “sátira” la actuación infantil, rechazando que sea entendida “como delito de enaltecimiento del terrorismo”, como indicó la Audiencia Nacional. Así, aunque entienden que “lo sucedido en un espacio con mayoritaria presencia de niñas y niños resultó muy grave”, aseguran que les “preocupa enormemente que la sátira contenida en la actuación pueda ser entendida como delito de enaltecimiento del terrorismo”.
Desde la formación política agregan que “la sátira es un elemento cultural útil y enriquecedor en muchos contextos, algo que resulta especialmente cierto en el del Carnaval”, por lo que defienden “la libertad de expresión y el derecho a la crítica social y política a través de la sátira” y consideran “importante respetar las garantías jurídicas de todas las personas”.
Además, la delegada de Cultura en el consistorio madrileño, Celia Mayer, anunció que descarta su dimisión como responsable de los hechos. Sin embargo, si fueron destituidos los encargados de la programación de los festejos.
