El Ejército turco dio la orden para un nuevo toque de queda en la conflictiva provincia de Diyarbakir (sureste del país) antes de iniciar una nueva operación contra las milicias del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) con las que lleva enfrentándose allí desde hace meses, según informó la oficina del gobernador de la provincia.
El toque de queda comenzó a las 09.30 del día de ayer en una decena de zonas de la localidad de Lice, donde permanecen activos “varios altos responsables del grupo”. La decisión tiene lugar un día después de que las fuerzas de seguridad turcas dieran por terminadas las operaciones contra el PKK en la ciudad de Nusaybin, cerca de la frontera con Siria, y de Sirnak, cerca de la frontera con Irak.
En estas dos áreas fallecieron en los últimos tres meses más de un millar de personas, la mayoría milicianos del PKK, según fuentes de seguridad, como consecuencia de la reapertura de las hostilidades el pasado mes de julio tras el colapso del alto el fuego.
Al menos 14 yihadistas murieron como consecuencia de un bombardeo efectuado desde Turquía contra milicias de Estado Islámico en Siria, según ha informado el Ejército turco, citado por la agencia de noticias turca Anatolia.
Salvas de artillería y nueve bombardeos de las Fuerzas Aéreas turcas destruyeron hasta 11 objetivos de Estado Islámico, supuestos silos de cohetes que los milicianos estaban preparando para disparar contra Turquía, según el comunicado militar.
No se precisa cuándo tuvieron lugar los ataques pero sí el lugar: cerca de la ciudad siria de Azaz, al oeste de la masiva operación contra Estado Islámico que las milicias sirias, con apoyo estadounidense, comenzaron esta semana y que tienen previsto ayudar al avance de las posiciones en los distintos frentes.
