Los líderes regionales de los sindicatos UGT y CCOO defendieron ayer el carácter «social» de la huelga general para el próximo 14 de noviembre, y reclamaron el apoyo de los trabajadores a una convocatoria que «no es política, sino contra la política de un partido que ha perdido la legitimidad que los ciudadanos le han dado en las urnas».
Agustín Prieto (UGT) y Angel Hernández (CC.00.) mantuvieron ayer un encuentro con los delegados sindicales en la provincia para dar a conocer los motivos que han llevado a la segunda convocatoria de huelga general en tan solo ocho meses, así como para avazar algunas de las estrategias de movilización que llevarán a cabo durante las jornadas previas.
En conferencia de prensa, Agustín Prieto aseguró que durante los 11 meses de gobierno del Partido Popular, España «ha perdido medio millón de empleos, y el 50 por ciento de los nuevos parados no tienen ningún tipo de cobertura económica». Además, aseguró que las cifras del paro de octubre «son un motivo más que suficiente para secundar la huelga, ya que ponen de manifiesto las consecuencias de unas políticas que han priorizado el pago de la deuda y el control del déficit y que han ocasionado el empobrecimiento generalizado de la población».
El dirigente ugetista subrayó también el «brutal ataque» a los servicios públicos con la excusa de la crisis, y denunció el «desmantelamiento» de los servicios sociales y los agresivos recortes en Sanidad y Educación que en su opinión han hecho que «la pobreza se haya instalado en nuestro país».
Prieto señaló que la participación en la huelga del 14-N es «una cuestión de dignidad», y pidió a los ciudadanos que ese día «no sólo no trabajen, sino que no consuman, para demostrar que es una protesta cargada de razones».
Por su parte, Ángel Hernández destacó el consenso europeo de las fuerzas sindicales que han extendido esta protesta a varios países europeos en la misma fecha, y abogó por un cambio en las políticas de la Unión Europea, sobre todo las que se aplican sobre los «hermanos pobres» de la UE -como España- y que sólo persiguen «garantizar el rescate de intereses» de los capitales extranjeros prestados.
Además, señaló que a quienes acusan a los sindicatos de propiciar una mala imagen de España en el exterior con esta huelga «hay que mostrarles las imágenes de gente buscando comida en contenedores de basura, que es la realidad y que tampoco da una buena imagen».
Sobre la decisión del sindicato CSI-F de no secundar la huelga, Agustín Prieto manifestó el «respeto» de las fuerzas sindicales convocantes por esta opción, aunque calificó de «absurdo» el argumento empleado al asegurar que es una convocatoria política.
Además, recordó que las medidas del Gobierno en materia de administraciones públicas supondrán en los próximos meses la pérdida de 150.000 empleos públicos; circunstancia que en su opinión «justifica la huelga».
