El respeto a los mayores es uno de los valores fundamentales que todo niño debería adquirir. De ellos venimos y en ellos nos convertiremos, aunque a veces se nos olvide y las barreras generacionales separen a dos grupos de personas destinados a entenderse.
Por ello, la Diputación de Segovia ha puesto en marcha de nuevo este año una serie de iniciativas intergeneracionales que se desarrollarán durante este curso con los alumnos del CEIP Atalaya, de Palazuelos de Eresma, y los mayores residentes en el centro de servicios sociales La Fuencisla.
“Tenemos unos amigos / que viven en una residencia / y para alegrarles la vida / les basta nuestra presencia”. Así comienza la emotiva poesía que niños y profesores dedicaron a un grupo de personas mayores en el marco de la primera actividad.
Este encuentro inicial consistió en el traslado de un mural, que fue elaborado de forma conjunta por niños y ancianos el curso pasado, desde las instalaciones del centro La Fuencisla al colegio, donde permanecerá expuesto durante un tiempo. Un grupo de personas mayores acompañó a los alumnos, quienes recitaron una poesía e hicieron entrega de un álbum con dibujos en los que expresan su particular visión del centro de servicios sociales y de la relación que les une con sus residentes. Después, todos juntos vieron una proyección de imágenes de las actividades desarrolladas el pasado año, centradas de forma especial en las relativas a la confección del mural.
Tanto la poesía como el álbum de dibujos emocionaron a usuarios y trabajadores del centro La Fuencisla, que se mostraron agradecidos al colegio Atalaya. Ambas instituciones vienen desarrollando actividades de forma conjunta desde que en el mes de abril del año 2015 un grupo de alumnos acudió al centro a ver una actuación de títeres que se desarrollaba en sus instalaciones.
Posteriormente, a lo largo del curso pasado, se llevaron a cabo un total de ocho encuentros, ya enmarcados en un programa planificado por responsables de los dos centros. Con este tipo de actuaciones se pretendía promover la interacción entre niños y ancianos a través de actividades colaborativas, con un resultado valorado de forma muy satisfactoria, tanto por los colectivos implicados como por los profesionales de las dos instituciones. No en vano, gracias a esta iniciativa los alumnos están obteniendo una formación en valores completamente práctica, y las personas mayores disfrutan de la alegría, la compañía y la amistad de los niños.
