El general David Petraeus será el nuevo comandante en jefe de las tropas de EEUU y la OTAN en Afganistán, en sustitución del general Stanley McChrystal, quien ayer presentó su dimisión tras sus críticas a altos cargos del Gobierno.
El presidente de EEUU, Barack Obama, anunció el relevo en una breve alocución en la Rosaleda de la Casa Blanca, tras haberse reunido durante media hora en el Despacho Oval con McChrystal para pedirle explicaciones sobre sus críticas, publicadas en una entrevista. «He aceptado la dimisión del general Stanley McChrystal. Lo hago con gran pena pero sé que es lo correcto para la misión de nuestras tropas en Afganistán, para nuestro país y nuestra seguridad nacional», declaró el mandatario.
Las declaraciones de McChrystal, consideró, no las ha tomado como «una ofensa personal» pero sus comentarios son inaceptables por parte de un comandante en jefe. Según explicó Obama en su alocución, de ocho minutos y en la que estuvo flanqueado por Petraeus y el jefe del Estado Mayor de EEUU, el almirante Mike Mullen, «me gusta que haya debates… pero no toleraré divisiones entre el equipo al cargo de la guerra».
El presidente aseguró que el relevo representa «un cambio en el personal, pero no en la política» hacia Afganistán y Petraeus, hasta ahora al frente del Mando Central, «se asegurará» de que la estrategia aprobada en noviembre pasado se pone en práctica para combatir a la red Al Qaeda y a los talibanes.
En una entrevista concedida a la revista Rolling Stone, McChrystal describía a Obama como «poco implicado» en Afganistán en una de sus primeras reuniones.
También se mostró muy crítico con el enviado especial estadounidense para Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke, al que describe como un «animal herido» y del que afirma que teme hasta leer sus correos electrónicos.
Aún más despectivos son los comentarios que, según el texto periodístico, profirieron otros asesores del general, que describían al consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, James Jones, como «un payaso» que «se ha quedado en el año 1985».
En un indicio de que su renuncia, o su cese, se encontraban cerca, el general había abandonado la Casa Blanca ayer por la mañana tras su reunión con Obama y no participó en la sesión mensual que el mandatario mantiene con su equipo de seguridad nacional sobre Afganistán.
Mientras el líder demócrata hablaba, el general McChrystal emitía su propio comunicado en el que anunciaba su dimisión debido a su «deseo de ver que tiene éxito la misión» en Afganistán.
El oficial, de 55 años, se había hecho cargo del mando hace un año, por recomendación del secretario de Defensa, Robert Gates, que buscaba un militar que pudiera dar «otra visión» a la guerra.
La estrategia para Afganistán que aprobó Obama en noviembre, y que incluye el envío de más de 30.000 soldados de refuerzo, se adoptó en buena parte a instancias del militar, bajo cuyo mando las tropas aliadas lanzaron en febrero una ofensiva contra Marjah, en la provincia de Helmand.
Petraeus, con una hoja de servicios impecable y que fue el artífice de la reducción de atentados contras las tropas en Iraq, le sustituye en un momento delicado en Afganistán, una campaña que dura ya nueve años y que cada vez se complica más para Estados Unidos.
