El arquitecto Leopoldo Moreno define como “una ciudadela de estudiantes” el edificio que desde hace 40 años alberga a la comunidad educativa de los Hermanos Maristas, contemplando la ciudad de Segovia desde su privilegiada situación en la zona del Pinarillo.
Leopoldo Moreno participó ayer en los actos de conmemoración de la apertura del centro Nuestra Señora de la Fuencisla Colegio Marista que tuvo lugar por la mañana con la participación de los 800 alumnos y profesores actuales y que tuvo continuidad por la tarde en una ceremonia a la que se sumaron miembros de familias segovianas que han formado parte de esta institución educativa que se acerca a los cien años de historia en la ciudad.
Ante la fachada del edificio se fueron juntando de forma muy ordenada los alumnos de Educación Infantil, Primaria y Secundaria Obligatoria, así como los de Bachillerato para escuchar el testimonio del arquitecto que construyó la actual sede, Leopoldo Moreno, del director más veterano del colegio, Teodoro Barriuso, y del hermano Superior de la Comunidad Marista actual, formada por siete religiosos, el hermano Melchor. Moreno explicó que el proyecto de construir un colegio fuera de la muralla de Segovia fue “un reto, que parecía inviable y en el que pusimos mucho tesón e ilusión”. La ubicación le llevo a inspirarse en las alcazabas que miran a las ciudades y a crear una ciudadela de estudiantes, cuyo patio de armas es patio de aulas y que tiene una capilla como torreón del fuerte. Teodoro Barriuso y el hermano Melchor recordaron la atracción que las modernas instalaciones educativas abiertas en los años setenta (curso 1971-1972) provocaron en familias de provincias próximas a Segovia.
La directora del colegio Eva Matarranz dirigió el acto conmemorativo en el se mostró la nueva imagen corporativa que todos los centros de las provincias europeas maristas utilizarán a partir de este año. En el logotipo, que desde ayer por la mañana luce la fachada principal del colegio está presente una gran M —Maristas, María (virgen María) y Marcelino (San Marcelino Champagnat, fundador de los Hermanos Maristas)— y las tres violetas que simbolizan las virtudes marianas: humildad, sencillez y modestia.
Precisamente, la insignia del ramillete de violetas fue entregada por la tarde a los integrantes de las promociones de alumnos que acabaron sus estudios hace 50, 40 y 25 años.
