Horas después de conocer la noticia de la muerte de Bin Laden, el Gobierno español reconoció que existe un riesgo de represalias por parte de los yihadistas, pero precisó que el país está preparado y no precisa aumentar el nivel de alerta, aunque el Ejecutivo celebrará hoy una reunión al máximo nivel para analizar la situación.
José Luis Rodríguez Zapatero expresó, en un telegrama enviado al presidente de EEUU, Barack Obama, «la satisfacción compartida con el pueblo americano» por el paso «decisivo» en la lucha contra el terrorismo internacional.
Mientras tanto, el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, reveló que no se pueden descartar venganzas tras lo ocurrido porque se trata de una organización asesina que cuenta «con franquicias con una enorme autonomía», pero consideró que España tiene habitualmente un nivel antiterrorista alto, el 2, que no es conveniente elevar.
Para hoy, en el Palacio de La Moncloa, el presidente del Gobierno ha convocado una reunión con su segundo y las ministras de Exteriores y Defensa, Trinidad Jiménez y Carme Chacón, respectivamente, en la que se podrían acordar «medidas adicionales» como aumentar la seguridad de las tropas nacionales en el exterior, así como de las embajadas.
Además, los altos cargos del Ministerio de Defensa evaluaron las posibles repercusiones de la muerte de Bin Laden en las misiones de las Fuerzas Armadas, y anunciaron que se mantendrá el nivel de alerta, que ya era alto, especialmente en Líbano y Afganistán, «donde se había elevado recientemente ante la posibilidad del incremento de ataques de la insurgencia contra tropas de ISAF».
La desaparición de este símbolo del miedo concitó la satisfacción de los líderes políticos al estimar que se daba un paso importante en la lucha contra el terrorismo. La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, resaltó la necesidad de «mantener la unidad y la cooperación» frente a la amenaza internacional, y tuvo un recuerdo para las víctimas de los atentados del 11-M en Madrid y del 11-S en Nueva York.
Por su parte, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, valoró de manera positiva lo sucedido, y apostó por «seguir batallando».
En la misma línea habló su portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría. «Esta muerte es un mensaje para que los terroristas sepan que la democracia acabará con ellos». El portavoz de Exteriores, Gustavo de Arístegui, pidió encarecidamente que no se baje la guardia.
No reconoció el 11-M
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, puntualizó que el líder saudí «nunca reconoció el atentado de Madrid como de Al Qaeda». «Lo hizo con el de Indonesia, el de Londres, el de Casablanca y, por supuesto, el de las Torres Gemelas, pero jamás reconoció ese», apostilló la dirigente conservadora, que remarcó que «tampoco se dice en la sentencia» del 11-M. No obstante, destacó que está «totalmente de acuerdo» con Obama en que la muerte de Bin Laden es un «avance en la lucha contra el terrorismo».
Por último, las asociaciones de víctimas del 11-M aplaudieron el fin del sanguinario personaje, pero advirtieron de que hay que estar muy pendientes ante las represalias y la posibilidad de que se produzcan atentados.
