El último partido de la fase de grupos de esta Liga de Campeones no será recordado por el buen juego ofrecido por el Barcelona, que con un equipo desdibujado y una actitud desconocida fue ayer inferior al Benfica (0-0) en un duelo en el que no había nada más en juego para los blaugranas que el posible récord goleador de Leo Messi, que deberá esperar, y sí mucho para un adversario que quedó apeado del torneo por la victoria del Celtic, que consiguió el billete para los octavos de final.
Además, el que tenía que ser protagonista del partido lo acabó siendo, pero por la peor de las razones, y es que el atacante argentino fue retirado del terreno de juego en camilla con claros gestos de dolor en la parte posterior de su rodilla izquierda. Sin embargo, más tarde, los médicos explicaron que padece «una contusión en la cara externa de la rodilla izquierda», a la espera de confirmar este esperanzador pronóstico en una posterior resonancia magnética.
Si el Camp Nou ya estaba frío con media entrada, se congeló al ver a su estrella salir del césped impedido de hacerlo por su propio pie. Se pasó de la ilusión de pelear por el récord a darlo por imposible en un segundo. Antes de ello, el partido no tuvo nada de interés por parte local, sin ninguna acción de peligro ni una intervención de mérito por parte del guardameta del Benfica.
Ya de entrada, con un once plagado de suplentes y jugadores del filial, entre ellos un Carles Planas que debutó en Liga de Campeones, el Barça no pudo hacerse con el dominio del balón, y éste cayó en poder del Benfica, que no renunció a jugar a diferencia del partido de ida, cuando los blaugranas desplegaron su juego habitual para irse de la capital portuguesa con un 0-2 en el bolsillo.
Ayer no hubo goles y los únicos que estuvieron cerca de ello fueron los hombres de Jorge Jesús, sobre todo en la primera parte. Las ‘águilas’ lisboetas estuvieron más minutos clasificados que eliminados, pero el gol del Celtic que puso el 2-1 contra el eliminado Spartak de Moscú les dejó fuera a pocos minutos para el final.
De hecho, tuvieron más presencia en el área del ayer titular José Manuel Pinto en los primeros minutos que cuando realmente les iba la vida en esta Champions, a la que han dicho adiós en la primera fase. Pese a jugar con uno más, dado que con la lesión de Leo Messi y los tres cambios realizados por Tito Vilanova, el equipo se quedó con 10 sobre el césped, los jugadores visitantes acusaron los nervios y, en el último suspiro, enviaron a las nubes un balón que era su billete.
Y es que fue una noche aciaga para los delanteros del Benfica, que fallaron dos mano a mano con Pinto, que fue de menos a más para acabar muy seguro bajo los palos, y se irán a casa con la sensación de haber dejado una buena oportunidad, ya que pocas veces el Barcelona, por lo visto en los últimos años, da tantas facilidades. Lo mejor, el descanso hasta el próximo mes de febrero. Lo peor, la posible lesión de Leo Messi.
Por otro lado, la competición se quedó ayer sin su vigente campeón, el Chelsea, que quedó eliminado pese a golear 6-1 al Nordsjaelland danés.
El equipo dirigido por Rafael Benítez necesitaba una victoria propia y una derrota de la Juventus, pero el bloque italiano ganó por 1-0 en su visita al ya clasificado Shakhtar Donetsk.
