La crisis política y humanitaria provocada por Aminatu Haidar, cuya situación no varió ayer sustancialmente, pues ni ella ceja en su huelga de hambre ni Marruecos parece dispuesto a autorizar su regreso a El Aaiún hasta que la activista no se disculpa y admita ser súbdita de Mohamed VI, se ha enredado un poco más si cabe.
Los antagónicos protagonistas fueron Izquierda Unida y el Rey, puesto que ayer la coalición liderada por Cayo Lara informó de que el Monarca les transmitió su disposición a intermediar en el caso, que fue frenada en seco por el Gobierno, que no consideró que el momento fuera «oportuno» para la intervención del Soberano, tal y como reiteró ayer nuevamente, arrogándose la exclusiva potestad para solventar la crisis.
Así lo reveló el propio Lara, que leyó el texto en el que Zarzuela se ofrecía a realizar «las gestiones necesarias» para solucionar la situación de la saharaui y detallaba que el Ejecutivo puso coto a tal iniciativa. Tras reiterar su petición a Moncloa para que autorice la intervención del jefe del Estado, Lara explicó que la polémica misiva del Gabinete de Don Juan Carlos les fue remitida en contestación a otra carta enviada por IU en la que se requería la mediación. Más allá de cuestionar la actitud de Zapatero, el líder izquierdista sostuvo que la influencia del Monarca «es el único instrumento que en estos momentos puede tener éxito ante Marruecos, dado el fracaso que está demostrando la diplomacia española». De ahí que IU analice ahora mismo la posibilidad de solicitar la intervención regia a través de una enmienda a la proposición no de ley sobre el caso Haidar que se votará el martes en el Congreso.
No comparte, sin embargo, dicha opinión el presidente del PP, Mariano Rajoy, ya que, a su juicio, es solamente el Ejecutivo quien tiene «la responsabilidad de la política exterior».
Tampoco cree que vaya a ser necesaria tan alta mediación la propia Aminatu Haidar, quien ayer compareció finalmente ante los medios de comunicación. La Ghandi saharaui admitió que, pese a llevar 25 días en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote, su ánimo y su moral están «altos» y que la carta escrita por sus hijos le ha llevado a «ser más dura» y a redoblar si decisión de luchar «por la causa». Tras reiterar que regresará a El Aaiún «con pasaporte o sin él, viva o muerta», se negó a confirmar o desmentir las noticias de que hay fuertes presiones desde EEUU para que Rabat autorice su retorno al Sáhara, si bien consideró que Marruecos, llegado un punto, « podría ceder». Por todo ello, concluyó que ayer era «un buen día para la esperanza» y dijo agradecer al pueblo español su solidaridad.
Haidar negó, una vez más, que sea un peón del Frente Polisario, señalando que «nunca» ha vivido en la ex colonia española sin la invasión marroquí, ni sin la presión internacional. «Soy una ciudadana saharaui, soy una defensora de los Derechos Humanos. Llevo toda mi vida viviendo en una zona ocupada por los marroquíes», zanjó.
