El autor confeso de los ataques terroristas del mes de julio en Noruega, Anders Behring Breivik, volvió el pasado sábado a la isla de Utoya para reconstruir el transcurso del tiroteo en el que mató 69 personas. El ultraderechista pasó ocho horas en la isla, esposado de pies y manos. Los agentes le mantuvieron rodeado en todo momento para evitar que fuera visto por los habitantes del lugar. Según informó el portavoz policial Pal Hjort Kraby, el asesino no mostró arrepentimiento alguno por las muertes provocadas. / Foto: Reuters
