Los sindicatos franceses convocaron ayer a cientos de miles de personas en una nueva jornada de protesta contra los planes del presidente galo, Nicolás Sarkozy, de retrasar a 62 años la edad mínima de jubilación, en la quinta huelga general desde marzo pasado.
Los líderes de los trabajadores aseguraron haber igualado el número de manifestantes del pasado día 7, que, según sus cálculos, fue de cerca de tres millones, la cifra más alta desde las protestas que en 2002 tumbaron los planes gubernamentales de reforma de las pensiones.
Desde el Gobierno, sin embargo, afirmaron que habían notado un ligero descenso, tanto del número de huelguistas, como de manifestantes, y aseguraron que seguirán adelante con la reforma «estrella» del mandato de Sarkozy porque consideran que la mayoría del país es favorable a la misma.
En concreto, esgrimieron el dato de que el número de asalariados que no acudió a su puesto en las empresas públicas fue inferior al de hace 15 días, lo que significaba que había descendido la hostilidad a un cambio aprobado ya por los diputados, y que los senadores comenzarán a debatir el próximo día 5 de octubre.
En la marcha parisiense, el principal blanco de los manifestantes fue, una vez más, Sarkozy, a quien afearon su obstinación por aprobar el retraso de la edad de jubilación, lo que consideran una pérdida de derechos sociales. «Nuestra jubilación, hemos luchado por ella, luchamos para conservarla», coreaba un grupo de manifestantes.
Las protestas mezclaron el rechazo a la reforma de las pensiones con la política de expulsión de gitanos emprendida por el presidente galo. «Sarkozy, racista, jubílate», rezaba una pancarta esgrimida por un grupo de jóvenes procedentes de las afueras de París, mientras varias enfermeras de la capital sostenían una gran foto del dirigente caricaturizado como un mentiroso Pinocho.
«A mis 55 años no tengo vergüenza de estar en la calle protestando, porque el Gobierno de Francia no nos escucha. Las pensiones están amenazadas o condenadas. Para los jóvenes y para los empleados no se ha hecho nada todavía. Espero que el Gobierno reaccione pronto ante una gran manifestación. Francia está muy enfadada», aseguró la secretaria general de la CFDT de la región parisiense, Nicoles Raffarin.
Por su parte, el militante sindical Albice Michel consideró «inaceptable» el retraso de la edad de jubilación, porque trabajar hasta los 60 años «ya es bastante».
«Hacemos una gran presión sobre el Elíseo, que tiene que escuchar lo que la gente dice. Es muy importante para hacer avanzar la reivindicación y evolucionar en la cuestión de las pensiones», manifestó el trabajador Henry Feanni.
En más de 200 ciudades del país se repitieron las multitudinarias protestas contra la reforma, mientras los transportes públicos funcionaron con muchas perturbaciones a causa de la huelga.
En España, al menos 275 vuelos con diversos países europeos como destino tuvieron que ser cancelados.
Raptos en Níger.- Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) confirmó ayer que mantiene secuestrados a cinco ciudadanos franceses en Níger y advirtió al Gobierno de Nicolás Sarkozy de que fracasará cualquier «estupidez que cometa», en alusión una posible operación de rescate.
El anuncio fue hecho en un comunicado de AQMI y sigue a la reivindicación realizada el pasado martes en una grabación sonora de un representante de la organización terrorista, de la que se hizo eco Al Yazira.
«Mientras anunciamos nuestra reivindicación de esta operación sagrada, informamos al Ejecutivo galo de que los muyahidines le comunicarán más tarde sus peticiones legítimas», indicó el grupo.
Además, advirtió a Sarkozy contra «cualquier otra estupidez que cometa, porque va a fracasar y lo pagará caro».
