La Real Colegiata de San Isidoro aguarda al peregrino para mostrarle su riqueza patrimonial. Cada año, más de 100.000 personas visitan su museo, en el que se exponen piezas de gran valor, algunas de las cuales son auténticas maravillas de la España medieval.
A lo largo de este Jacobeo, San Isidoro ha mantenido su emblema de ‘Hito del Camino’ y ha estrechado sus históricos vínculos con quienes recorren la ruta jacobea, al menos desde el punto de vista espiritual, pues el Cabildo ha celebrado cada día, a las 7.30 y a las 19.30 horas, sendas misas del peregrino. La experiencia, según afirma el abad, Francisco Rodríguez Llamazares, ha sido «sumamente rica, hasta muy emotiva», debido a la «especial» respuesta de los peregrinos.
Muchos han podido observar, también, las sucesivas intervenciones realizadas en esta notable infraestructura en los últimos años por parte de la Dirección General de Patrimonio de la Junta gracias a una pequeña exposición didáctica. La limpieza y restauración de los muros interiores del templo, capiteles y medallones, la protección de elementos escultóricos y la restauración de bóvedas, vitrales, elementos de hierro, de carpinterías y de pavimentos, así como mejoras en el muro norte de la basílica, la zona del claustro y la cubierta, son algunos ejemplos.
Todo ello ha permitido, según Rodríguez Llamazares, que la colegiata luzca, en estos momentos, «un estado de conservación muy aceptable», dado que «lo más urgente está recuperado y en un buen estado de conservación, lo cual es una tranquilidad muy grande para todos».
En este Año Santo, se han sentado las bases para acometer nuevas restauraciones. Por un lado, la Junta de Castilla y León y el cabildo firmaron un convenio para la restauración del edificio y las pinturas murales interiores. Por otro, el Cabildo y Caja Madrid acordaron la reforma y modernización del ‘Museo de la Colegiata’.
Precisamente, el proyecto contempla la restauración de la Puerta del Perdón, conocida así por ser la que empleaban los peregrinos para solicitar la absolución de sus culpas. Ahora, sin embargo, solo se abre cuando lo solicitan al Cabildo grupos organizados de peregrinos «que desean un acceso más solemne a la basílica». Entonces, se les hace una pequeña lectura sobre el significado de la puerta y se adentran en la Colegiata.
El abad destaca el carácter «inminente» de las obras de restauración que pongan fin a las erosiones que muestra la piedra, «muy delicada» a causa del «agresivo clima leonés, el paso del tiempo y el excremento de las palomas, que ejerce un efecto corrosivo». Entre las medidas de protección y prevención está previsto instalar un sistema electrostático en las superficies que evite que se posen estas aves.
Entre las principales acciones que el Ejecutivo regional tiene previsto llevar a cabo en el monumento destacan los trabajos en la fachada sur, la restauración el Panteón Real, la Capilla de los Arcos, la Cámara de Doña Sancha y las magníficas pinturas murales que allí se encuentran.
El proyecto cultural de la Colegiata permitirá acceder a lugares casi totalmente desconocidos. Se trata, en concreto, de una zona que comunica la torre, construida sobre uno de los cubos de la antigua muralla, con el museo y el resto de las dependencias de la casa. «En este momento, ese lugar es totalmente inaccesible. La actuación contempla que se pueda visitar también la torre, que está recientemente restaurada y a través de ella se puede acceder en los distintos departamentos justo hasta tocar casi el gallo y la veleta que la rematan», indica Francisco Rodríguez Llamazares.
