Unas extensiones de tierra dedicadas en el siglo XVII para esquilar ovejas, fueron heredadas por la familia Giráldez. Les resultaba bastante difícil mantener esas tierras por lo que surgió la idea de crear un complejo de ocio, principalmente centrado en servicios de restauración. Además, esta familia ya contaba con otro restaurante desde el año 1977 a la entrada de Torrecaballeros, El Horno de la Aldegüela. Por ello, con la idea de ampliar el restaurante ya abierto, decidieron trasladarse al actual El Rancho a finales de la década de los ochenta, en 1987.
Una finca transformada en un restaurante y que años más tarde se convirtió en todo un complejo de ocio para sus públicos, se trata de un negocio familiar cuya actividad comenzó por el año 1987 de la mano de Javier Giráldez. Ahora ya retirado del mundo de la gastronomía, continúa en el negocio su hija Casilda Giráldez, la nueva responsable y encargada del buen funcionamiento de todas sus instalaciones.
La finca está formada por el Hotel y la Posada (de cuatro estrellas), junto con tres espacios dedicados a la gastronomía: el restaurante El Rancho, La Taberna y El Bar. Todos y cada uno de estos espacios dedicados a ofrecer un servicio diferente, dependiendo de la ocasión y del carácter del evento.
Fruto del trabajo de estos años y viendo las posibilidades que la finca ofrecía, poco a poco fueron abriendo al público más espacios dedicados a la gastronomía como los restaurantes o la tienda gourmet en la que se pueden adquirir productos totalmente artesanales. Además, cuentan con una tienda de decoración; una recopilación de objetos y souvenirs que han ido recopilando a lo largo de todos los viajes realizados por África e Indochina.
Estupendo recibimiento por parte del público, marcado sobre todo por su ya conocido restaurante El Horno de la Aldegüela, junto con la importancia que estaba adquiriendo el pueblo de Torrecaballeros en cuanto a temas gastronómicos se refiere por el cochinillo y cordero. Calidad y buenas materias primas como son su horno de leña para asar corderos y cochinillos son valorados positivamente por los comensales, afirma Casilda Giráldez.
En cuanto a sus servicios, acogen una variedad inmensa de eventos y de celebraciones como pueden ser reuniones y comidas de empresas, convenciones, celebraciones familiares, parejas que van a pasar un relajado fin de semana…
También hay que tener en cuenta toda la parte dedicada al restaurante en el que podemos encontrar platos tradicionales cocinados en su horno de leña así como especialidades a la carta. Los principales consumidores se acercan hasta este complejo para disfrutar de sus instalaciones y degustar sus platos mayoritariamente los fines de semana. Su mayor actividad abarca desde los meses de mayo a octubre, sobre todo dedicándose a las bodas. Cabe destacar las buenas expectativas que tenían sobre el pasado puente de la Constitución y que por supuesto, según afirma Casilda se han cumplido con éxito. En cuanto al alojamiento, siempre se suele mantener estable a lo largo de todo el año.
Ahora bien, si los principios de este espacio fueron guiados por Javier Giráldez ahora es su hija Casilda las que lleva las riendas del complejo. Incorporada en la plantilla desde el 2001 cuando comenzó a ayudar a su padre Javier Giráldez, durante estos años ha aprendido todo lo necesario para heredar y continuar con lo que su padre fundó. Fue a partir desde el 2007 cuando finalmente se encaminó sola, sin la ayuda de su padre, en el mercado del ocio y de la restauración.
Casilda Giráldez afirma que han sido momentos difíciles para todos desde que en el año 2008 notaran los primeros efectos que iba a traer esta crisis económica.
Desde que comenzara la crisis han tenido que hacer grandes esfuerzos que no perjudicaran la calidad de todos sus servicios. Medidas centradas básicamente en la reducción de costes, manteniendo la calidad de todo el complejo.
Casilda declara que continúan acercándose al Rancho los consumidores, pero eso sí realizando un desembolso económico menor.
A pesar de este bache sufrido, la finca el Rancho prevé unas Navidades con bastantes trabajo y es que Casilda afirma que cada vez más la gente tiende a disfrutar de estas fechas fuera de casa. Años atrás nunca habían abierto la tan esperada noche del 24 de diciembre, pero este año emprenden una nueva experiencia: «será una noche de prueba piloto y si sale bien continuaremos en próximas Navidades», expresa Casilda. En cuanto a Nochevieja ofrecen un pack especial para disfrutar de la mejor manera esa noche tan especial de fin de año. Eso sí, si tienes pensado reservar, ya está todo completo.
Por último, prevén un próximo 2014 positivo, manteniéndose en el sector con su plantilla de sesenta y cinco trabajadores y sabiendo que algún día esta situación tiene que cambiar, potenciando así actividades de ocio como las que ellos ofertan.
