Israelíes y palestinos reanudaron ayer oficialmente en Washington el diálogo directo, tras 20 meses de estancamiento y dispuestos a hacer concesiones «dolorosas», según adelantó el primer ministro hebreo, Benjamín Netanyahu.
Las conversaciones se iniciaron en una ceremonia en el Departamento de Estado, auspiciada por su titular, Hillary Clinton.
Ambas partes mostraron su disposición a retomar las conversaciones para acabar con el conflicto «de una vez por todas» y conseguir un acuerdo de paz duradero en el plazo de un año, tal y como se han marcado los equipos negociadores. El objetivo es conseguir un Estado palestino, acabar con la ocupación israelí de 1967 y solucionar los asuntos pendientes que quedan del estatus final, como la cuestión de Jerusalén, las fronteras y la situación de los refugiados palestinos.
Tras los discursos iniciales, el presidente palestino, Abu Mazen, Netanyahu y Clinton se retiraron para empezar las conversaciones en privado, en dependencias contiguas al despacho de la jefa de la diplomacia norteamericana. En este primer encuentro, las partes acordaron continuar las negociaciones el 14 y 15 de septiembre próximos, y cada quincena siguiente, con el fin de lograr un acuerdo que «ponga fin al conflicto y establezca una paz duradera».
Hillary Clinton agradeció el esfuerzo del enviado especial estadounidense para Oriente Próximo, George Mitchell para que se pudiera celebrar este encuentro. «La decisión de sentarse a esta mesa no fue fácil. Entendemos los recelos y el escepticismo que tantos sienten, surgidos tras años de conflicto y esperanzas frustradas… gracias por su valor y su compromiso», manifestó la política.
«Para quienes critican este proceso, que se quedan al margen y dicen no, quiero pedirles que se unan a nosotros en este esfuerzo… no podemos imponer una solución. Solo ustedes pueden tomar las decisiones necesarias para alcanzar un acuerdo», enfatizó la secretaria de Estado, quien pidió el apoyo de la Liga Árabe para el avance de las negociaciones.
El primer cara a cara entre Netanyahu y Mazen se produjo en medio de gran escepticismo, debido a los dos atentados perpetrados por el grupo extremista palestino Hamas en las últimas 48 horas y la aparente determinación de los hebreos de continuar la construcción de asentamientos judíos en Cisjordania.
Netanyahu manifestó que está dispuesto a lograr «un compromiso histórico» en la negociación con el líder palestino, a quien calificó como «un socio para la paz». «Esto no va a ser fácil» reconoció el israelí, que subrayó que «una paz verdadera y duradera se conseguirá solo con concesiones mutuas y dolorosas».
Las negociaciones se han visto ensombrecidas por dos ataques reivindicados por Hamas en los que han muerto cuatro colonos judíos. «En los últimos días, hemos atravesado dificultades, se ha derramado sangre» señaló el primer ministro.
Por su parte, el presidente palestino reiteró su deseo de iniciar una nueva era «que traiga paz, justicia, seguridad y prosperidad para todos», pero recordó su petición a los hebreos para que cese «toda actividad» en los asentamientos judíos. El líder palestino recordó que todavía quedan varios obstáculos para llegar a un acuerdo de paz, aunque consideró que será posible «dentro de un año».
