El pasado sábado 28 de agosto tuvo lugar la XV edición de la Marcha del Arcipreste de Hita en la localidad de El Espinar.
Los dieciséis kilómetros de recorrido se llenaron con las alegres jotas de los dulzaineros Pete y Julián, acompañados de Juan, su inseparable tambor, y con las risas y chanzas de los casi cuatrocientos caminantes que dieron en exceder las previsiones de la organización.
Para conocer mejor nuestro entorno y la propia obra, esta marcha remeda parte de la andadura del protagonista por tierras serranas, difundiendo el respeto a la naturaleza y despertando la curiosidad por nuestro más atractivo poeta medieval.
Sea por su genio intemporal o su profunda comprensión del alma humana, Juan Ruíz resulta sorprendentemente actual. Tolerante, ingenioso, pícaro, culto, espiritual y mundano al tiempo, el Arcipreste de Hita supo encontrar el camino para entretener, ilustrar y adoctrinar a gentes cultas e iletradas, sin ofensa de nadie.
Fiel a su espíritu, Francisco Castrillo se esfuerza cada año en mejorar el camino con la vista puesta en el futuro, se asegura de que los más jóvenes se aficionen a la Marcha Infantil (siempre el último jueves del mes de agosto) contando este año con una treintena de entusiasmados pequeños arciprestes dispuestos a todo.
Siendo cierto que “la ignorancia separa y la cultura une”, este año se inició el hermanamiento entre los municipios de Guadarrama y El Espinar, uniéndose ambos grupos en lo alto de la Peña. Allí, los concejales guadarramenses, María y Enrique, recibieron el cordial saludo de Alejandro, su homólogo espinariego.
Para memoria de tan grato momento, la Asociación Cultural San Antonio, entregó a los ediles del otro lado de la linde, un plato decorado deseando que, en entregas sucesivas, nuevos pueblos mesetarios quieran unirse a esta fiesta de naturaleza y cultura.
No se hicieron de rogar las representaciones teatrales que ya esperan los andariegos, arracimándose en torno a Curro y Mar.