En este interesante Festival de Noches del Real Sitio le toca el turno a la conocida pianista vasca y gran educadora Marta Zabaleta. Es una pianista de verdad, que se parece mucho a su maestra, Alicia de la Rocha, a quien dedicó este concierto muy especial por varias consideraciones.
Marta estuvo con Alicia de la Rocha preparando el repertorio español y parece como si le hubiese trasmitido toda la fuerza que empleaba en el teclado en aquellas conocidas interpretaciones, inolvidables, de la Iberia y de Goyescas. Dos intérpretes muy parecidas, pequeñas en complexión pero fuertes con el teclado, periféricas ambas, una vasca y la otra catalana, que han sabido trasmitir lo mejor de la música española de teclado de los siglos XIX y XX, Albéniz y Granados.
Dos compositores catalanes, que haciendo caso a su maestro Felipe Pedrell, llevaron al pentagrama la esencia de la música española de los siglos anteriores, buscando inspiración en diferentes geografías y momentos históricos españoles y que animaron a otros a seguir la senda comenzada por ellos, Falla, Turina, y más tarde Rodrigo.
Dos vidas antagónicas en muchos aspectos las de Albéniz y Granados, desde su carácter, uno más cosmopolita y componiendo en la lejanía de la patria, Albéniz, aunque muriendo al lado de su pueblo; el otro más introvertido e involucrado en el modernismo, que llevando una vida más local fue a morir en un naufragio en el Canal de la Mancha.
Enrique Granados fue uno de los primeros pedagogos del piano moderno, poniendo énfasis en la calidad del fraseo, en el ataque y en el uso de los pedales.
Todas estas características están presentes en su obra más importante, Goyescas, que tan magistralmente interpretó Marta Zabaleta.
En Goyescas, Granados descubre su personalidad enamorándose de la pintura de Goya, de la historia del siglo XVIII español, de su música, como en el caso de la jácara en el Coloquio de la Reja y otros, pero todo surge con frescura y espontaneidad.