“Juana [Borrego] no se puede poner al teléfono. Está ahora intentando dormir a la niña (¿?)”. La ya exsenadora del PP tuvo ayer una mañana muy ajetreada. Y no por ningún asunto político. No. Hace mes y medio nació su primera nieta, Alba, y a ella dedica ahora una parte importante de su tiempo. “He dado ya mucho a la política, ahora quiero estar con mi familia”, señala Borrego, a modo de declaración de intenciones.
Echa la vista atrás y se descubre en el Ayuntamiento de Hontalbilla, luego ejerciendo de diputada provincial, de vicepresidenta de la Diputación, en el Senado… Todo ha sido una carrera. Y cree que llega el momento de descansar un rato. “Me apetece más tranquilidad”, insiste Borrego.
En sus palabras no hay crítica hacia nadie. Pero es consciente de que, ahora, lejos de la política, “me quedarán los amigos de verdad”. Curiosamente, entre ellos hay varios políticos: las senadoras María del Carmen Cobaleda y María del Carmen Aragón y el alcalde de Toro, Jesús Sedano.
A Borrego la cuesta señalar un momento especialmente relevante para ella en el Senado, y cuando debe responder a esa pregunta, duda, para finalmente elegir su última intervención, en defensa de la ley de titularidad compartida, una demanda tradicional de las mujeres rurales que ella misma capitanea.
Como todo exsenador o exsenadora, echará de menos la Cámara Alta. Por muchas cosas. Entre ellas, por los cigarrillos que fumaba a la entrada, con una pequeña cuadrilla de políticos y políticas, mientras cotilleaba “de tonterías”, entre las risas del grupo.
Para la socialista Clara Luquero, su experiencia parlamentaria ha sido un “visto y no visto”. Llegó al Congreso de los Diputados en sustitución de Óscar López, a mediados del pasado mes de junio. Al poco, se inició el periodo vacacional. Y luego, en un periquete, se produjo la disolución de la Cámara. “La verdad es que no he podido vivir, plenamente, la experiencia; me ha faltado tiempo”, reconoce. Eso sí, la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Segovia afirma que su estancia en Madrid la permitió realizar diversas gestiones para su municipio, en especial sobre la rehabilitación del teatro Juan Bravo. Entre los mejores momentos que lleva en su memoria de su paso por el Congreso, cita varias “brillantes disertaciones” de Alfredo Pérez Rubalcaba. A Luquero no la ha costado abandonar el Congreso. De hecho, manifestó con claridad a los dirigentes socialistas su preferencia. “Puesta a elegir, me decanto por la política municipal”. Y aquí sigue trabajando, en la Concejalía de Cultura de Segovia.
“Nada es eterno; todo acaba”. Con esta frase explica Javier Gómez Darmendrail el final de su largo periplo en el Congreso, donde ha permanecido 22 años (seis legislaturas), lo que le convertía en uno de los parlamentarios más veteranos.
El ya exdiputado popular recuerda que si llegó al Congreso fue por José María Aznar. “Él fue quien me puso en la lista”, agradece. Ahora, tras haberse liberado de responsabilidades parlamentarias, está ultimando una recopilación de sus numerosas intervenciones en la Cámara Baja para, después de su encuadernación, dejar una copia en el Archivo Municipal de Segovia.
A la hora de hacer balance de su actividad, Darmendrail se congratula de haber contribuido a traer diversas infraestructuras a Segovia (autopistas, tren de alta velocidad y circunvalación), aunque confiesa tener alguna espina clavada. “Siento no haber podido convencer de que el mejor sitio para la universidad pública era la carretera a La Granja; donde está, queda encorsetada y sin zonas verdes”, lamenta.
A partir de ahora, Darmendrail echará una mano en la Fundación FAES (vinculada al PP y presidida por Aznar) y sacará tiempo para gestionar su empresa familiar.
Sara Dueñas se convirtió, al tomar el relevo de Jesús Merino, en la diputada más joven de España. Ahora, con 26 años cumplidos, marca un nuevo récord. Es la exdiputada de menor edad que existe en el país. Considera su experiencia, de año y medio en el Congreso, “muy enriquecedora”. “He aprendido muchísimo, y creo que he puesto mi granito de arena para mejorar España”, dice.
Asegura que no pasa página con tristeza. “La política no es para toda la vida; no se puede plantear la política como una profesión en la que vayas a estar toda la vida”, defiende. Ella ahora quiere iniciar un nuevo camino. “Me gustaría trabajar en algo relacionado con lo que he estudiado, Publicidad y Relaciones Públicas”, indica. Y compatibilizar ese empleo con la alcaldía de su pueblo, La Losa.
¿Su mejor recuerdo?. Dueñas lo tiene claro. El de su participación en los actos conmemorativos de la Constitución de Cádiz. “Guardo con especial cariño ese día… bueno, y el resto también”, dice. Como todos los diputados y senadores.