Hace un año, los turistas que elegían Grecia para pasar sus vacaciones de verano se arriesgaban a quedar atrapados en violentas manifestaciones y huelgas contra las duras medidas de austeridad impuestas por el Gobierno. Pero este verano, millones de extranjeros han optado en masa por sus soleadas islas bañadas por el mar Egeo.
Si en 2012 el turismo estaba en caída libre, en 2013 bate récords. Los visitantes llegan atraídos en parte por los descuentos de hasta el 20 por ciento que ofrecen resorts y hoteles, lo que ha aumentado las esperanzas de que el buen estado del sector contribuya a empujar al país a salir de la profunda crisis económica en que está sumido.
Georgios Drakopoulos, director general de la asociación de empresarios griegos de turismo (SETE), opina que la mejora del sector se debe también a que el país goza de una mayor estabilidad de la política que en 2012. A ello se suman, aparte de la caída de precios, la eliminación de restricciones de visados en mercados emergentes como Rusia y China y el descenso de los viajes a Turquía y Egipto debido a la inestabilidad política.
«Hemos visto cómo recuperamos a la gente que el año pasado no eligió la nación helena debido a toda la incertidumbre», asegura. El departamento augura un récord de 17 millones de visitantes para 2013, que aportarán al país asolado por la recesión unos 11.000 millones de euros en divisas.
«La imagen de Grecia está mejorando y la gente ya no teme que sus vacaciones se vean empañadas por protestas y huelgas aeroportuarias», señala Agapi Sbokou, del resort Blue Palace, en Creta.
Los datos oficiales anunciaron un aumento del 10 por ciento en las llegadas de extranjeros en el primer semestre de 2013, especialmente en las islas más populares, como Mikonos. «Cada vez vienen más turistas de mercados emergentes, como la India y Brasil», indica, por su lado, Philip Michopoulos, copropietario del hotel local Kivotos.
En Grecia, el turismo es responsable de casi el 20 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) y aproximadamente de uno de cada cinco puestos de trabajo. Actualmente, la tasa de desempleo se sitúa cerca del 28 por ciento, la más alta de la zona euro.
Hace tiempo que el país heleno, al igual que España o Italia, es un popular destino vacacional de turistas alemanes y británicos, pero cada vez atrae a más visitantes procedentes de China, Japón, Corea del Sur y países de Europa del este. Este año se espera que lo visiten más de un millón de rusos.
El elevado aumento del turismo también se atribuye, en parte, al incremento del 40 por ciento de pasajeros en cruceros, la mayoría procedentes de Estados Unidos, y las nuevas rutas de vuelo directas a Atenas. «Ahora tenemos cinco vuelos directos semanales solo desde Moscú y San Petersburgo», cuenta Kalia Konstantinidou, de los resorts Vedema y Mystique en la isla de Santorini.
Sin embargo, pese a las buenas noticias en cuanto a turistas extranjeros, el turismo local sigue sufriendo el lastre de la crisis. Muchos ciudadanos helenos han visto recortados sus salarios y a duras penas llegan a fin de mes, por lo que no pueden permitirse unas largas vacaciones de verano.
Según una encuesta reciente del instituto de consumo INKA, más de dos tercios de griegos no saldrá de vacaciones este verano y más de la mitad señalaron que irán de camping o visitarán a familiares y amigos en lugar de pernoctar en hoteles. Pero para algunos habitantes, incluso estas opciones baratas son hoy en día un lujo.
