Simón Caminero vive del toro desde siempre. Nació en la finca ‘La Cigüeñuela’ en 1939, donde ya pasta ganado bravo de su familia. Su vinculación con Cuéllar llega en 1980 de la mano de Arsenio Álvarez, justo el primer año en que el recorrido del tramo campestre cambió. Desde esa fecha hasta 1999, tan solo un año no encerró las reses de los encierros en la villa, y en 2006 pasaron a hacerlo sus hijos, a los que echaba una mano.
Así, Simón Caminero es considerado un cuellarano más, conocido entre los vecinos, los caballistas y todos los aficionados y participantes en los emblemáticos encierros más antiguos de España.
La nueva entidad de promoción y recreación deportiva ‘A caballo’ quiso reconocer la encomiable labor de Caminero durante tantos años con un sencillo pero emocionante homenaje. “Simón se merecía un reconocimiento en este pueblo porque ya es parte de él”, señalaron. El salón multiusos de la Biblioteca Municipal ‘Cronista Herrera’ congregó a medio centenar de personas para el acto.
Unas imágenes de los años 80 recordaron sus primeros pasos por la villa, hasta llegar a las más actuales. Todos los asistentes mostraron su nostalgia al recordarlo y escuchar el sonido de las dulzainas que acompañó a las instantáneas. Seguidamente se dio paso a un coloquio en el que Caminero recordó multitud de anécdotas y experiencias vividas en los encierros; “me emociono porque veo aquí a mucha gente con la que he discutido”, bromeó. Y es que Simón se ha enfrentado a muchos caballistas y ha mostrado su faceta más dura bajo los tensos momentos en los que se encierran los toros, pero en la noche del viernes dejó patente que es un hombre afable, simpático, bromista y sobre todo, conocedor del toro. “Cuando me he dispuesto a encerrar unos toros me he jugado la vida, así que el que intentara espantarme un encierro tenía que pasar por encima de mí”, aclaró respecto a su compromiso de completar siempre su trabajo.
Los moderadores de la charla, Francisco Salamanca y Luis Ángel García —presidente de ‘A caballo’— dirigieron varias preguntas al protagonista del homenaje. Una de las más significativas fue cómo ve la evolución de los encierros de Cuéllar alguien tan involucrado en ellos; “yo no he visto a más gente junta en mi vida que en mis primeros años encerrando aquí”, señaló. “La gente lo vivía más, había tres veces más que ahora, a mi modo de ver”. Asimismo, alabó la participación y colaboración de los caballistas cuellaranos en el encierro, que siempre estaban “dispuestos a ayudar”, comentó.
En cuanto a la situación actual, Caminero reconoció la existencia de un problema en cuanto a los bueyes: “van separados, y si en vez de 14 fueran 7, pero unidos, sería más fácil”, opinó. También quiso expresar su parecer en cuanto al uso de las mismas reses en encierros y corridas; “creo que habría que estudiar la manera de darles un descanso de 24 horas antes de ser lidiadas”, afirmó.
Enfados, discusiones, trabajo y buenos ratos, todo fue revivido en las palabras del ganadero. Compartió el cariño que profesa a sus nietos, también aficionados a los caballos , y contó cómo procura transmitirles todo lo que sabe. Sus hijos continúan con su labor; Pedro Caminero encierra los toros actualmente. Aclaró que a pesar de lo duro de su trabajo, le hace ilusión que continúen con ello. “Me da miedo, pero me gusta que se metan en este mundo como yo, de tener los huesos partidos por veinte sitios, de enfrentarme a ayuntamientos, que es algo muy duro, pero es muy bonito”.
“Este es un mundo de muchas competencias”, aclaró; analizó el momento actual de las ganaderías, el aumento del número de estas y las dificultades de la situación que se atraviesa. Pero sus palabras demostraron el esfuerzo de un hombre trabajador que se ha dejado la piel en cada encierro.
Su familia quiso acompañarlo en un acto tan especial, y tanto su mujer como sus hijos expresaron con gestos la comprensión de toda una vida dedicada al toro.
La asociación ‘A caballo’ le entregó un obsequio al finalizar el acto: el polo que sus 95 miembros ya poseen, con la inscripción de la entidad. Los agradecimientos se sucedieron por parte de invitado y asociación al finalizar el homenaje.
De este modo, Simón Caminero pudo revivir algunos de los momentos más importantes de sus más de 15 años de encierros en Cuéllar y reencontrarse con viejos amigos y conocidos. “No me quiero retirar sin volver a encerrar en Cuéllar, aunque me retiraré cuando me muera”, fueron sus palabras para finalizar.
