Después de una larga y amarga campaña, los estadounidenses acudieron ayer a las urnas para votar en unas elecciones que podrían arrebatar el poder a los demócratas en el Congreso y frenar la agenda legislativa del presidente, Barack Obama.
La ansiedad por la débil economía y el descontento con el líder de la Casa Blanca y el Gobierno en Washington han llevado a los republicanos al borde de enormes avances que podrían darles una mayoría en la Cámara de Representantes y quizás, incluso, en el Senado.
Los últimos sondeos de opinión adelantaban que los opositores ganarán al menos 50 escaños adicionales en la Cámara Baja, muchos más de los 39 que necesitan para hacerse con el control y remover a la presidenta, Nancy Pelosi, de su puesto. También se espera que logren avances en el Senado, aunque parece más difícil, aunque no imposible, que obtengan los 10 escaños que necesitan para alcanzar la mayoría.
A falta de los resultados finales de la contienda, que se conocerán hoy mismo, estos son los posibles escenarios de los resultados de las elecciones legislativas:
Los republicanos ganan la Cámara, los demócratas mantienen el Senado. Es un resultado probable. Quizás lo más esperado es un Congreso dividido, con los republicanos con 218 escaños o más de la Cámara de Representantes para obtener la mayoría, y los demócratas reteniendo el Senado, aunque perdiendo apoyos. De este modo, la oposición podría aprobar gran parte de su agenda conservadora Promesa a EEUU, que tiene medidas para revocar la reforma de Obama al sistema de salud, terminar con el control estatal a los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac e imponer un congelamiento a las contrataciones federales.
La oposición se hace con ambas Cámaras. Es posible, pero improbable. Los republicanos tendrían que lograr 10 escaños, teniendo en cuenta carreras muy competitivas, para tener los 51 votos necesarios para controlar el Senado. Sin embargo, aún estarán lejos de los 60 apoyos necesarios para evitar que los demócratas bloqueen sus legislaciones con obstáculos de procedimiento. La última vez que el partido controló ambas salas fue en el año 2006.
empate en el senado. Es un escenario posible. Los demócratas retendrían el control porque el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, como presidente del Senado, decidiría en todas las votaciones empatadas.
Los republicanos ganan la cámara y mayoría a prueba de vetos en el senado. Es imposible. Incluso si los republicanos logran los 37 cupos abiertos en el Senado este año, estarían lejos de los 67 votos necesarios para ser inmunes a los vetos de Obama y necesitarían persuadir a algunos demócratas.
COntrol demócrata de la cámara y el senado. Este escenario es improbable, pero aunque lo lograran, terminarían con mayorías menores en ambas cámaras, dificultando la aprobación de los estancados esfuerzos legislativos de Obama, entre los que se cuenta una reforma a las leyes de inmigración y una regulación vinculada al cambio climático.
Los demócratas mantienen la cámara y los republicanos toman el senado. Sería una sorpresa, ya que las encuestas de opinión le dan a los republicanos ventaja en la carrera por la Cámara, pero no en la campaña por el Senado. La presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, se mantendría en su cargo, mientras que el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, se convertiría en la cabeza indiscutida del partido en el Congreso.
