El desconcierto en Siria va en aumento. Y es que si el pasado miércoles los rebeldes al régimen de Bachar al Asad acusaban al Ejército de haber llevado a cabo varios ataques químicos que dejaban cientos de muertos en la periferia de Damasco, montando en cólera a la comunidad internacional, que exigía a su vez un permiso para inspeccionar la zona, ayer las autoridades del país cambiaron radicalmente la versión al afirmar que soldados gubernamentales han entrado en los últimos días en túneles de la insurgencia en el suburbio de Jobar, en la capital, y han encontrado armamento ilegal. Asimismo, detallaron que, tras su hallazgo, varios uniformados se estaban asfixiando.
«Héroes del Ejército están entrando en los túneles de los terroristas y han visto agentes químicos», señalaron fuentes del Gabinete. «En algunos casos, se están ahogando al entrar en Jobar», añadieron. «Han llegado ambulancias en rescate de los que se estaban asfixiando», precisaron, al tiempo que señalaron que una unidad castrense se está preparando para irrumpir en el suburbio, controlado por los opositores.
Mientras, tres oficiales en la zona metropolitana de Damasco trataron el pasado miércoles en pocas horas a unos 3.600 ciudadnos que presentaban «síntomas neurotóxicos», según informó ayer Médicos Sin Fronteras, que detalló que de los pacientes atendidos, fallecieron 355.
Esta situación ha levantado a gran parte de los países occidentales y a la ONU, que pretende investigar in situ lo ocurrido. Por ello, la alta representante de Naciones Unidas para Asuntos del Desarme, Angela Kane, llegó al país asiático con el objetivo de presionar para lograr el acceso de los inspectores sobre armamento químico del organismo internacional que se encuentran en el país al lugar donde presuntamente se produjo un bombardeo de este tipo.
Por su parte, el presidente estadounidense, Barack Obama, se reunió con sus asesores de seguridad nacional para discutir las informaciones sobre el ataque. Aunque el líder demócrata se muestra reticente a intervenir en otra guerra en Oriente Próximo, el jefe del Pentágono, Chuck Hagel, declaró que Obama había solicitado un «menú de opciones militares».
«Tenemos un abanico de opciones disponible y vamos a actuar de forma muy deliberada para que tomemos decisiones acordes con nuestros intereses nacionales así como con nuestra evaluación de lo que puede hacer avanzar nuestros objetivos en Siria», añadió.
Además, destacados militares de EEUU, el Reino Unido, Francia, Turquía y varios países árabes se reunirán a partir de mañana en Jordania para tratar las acciones que deben seguir en Siria.
