El Barcelona firmó ayer un nuevo triunfo de prestigio en Europa, esta vez tras superar al Milan 2-3 en un encuentro estelar, en el que los barcelonistas y milanistas cuajaron un choque de altísimo nivel.
Espectacular primera parte de los dos equipos, que no se dieron tregua, hasta el punto de que ambas porterías estuvieron asediadas por numerosas ocasiones de gol, de las que el Barça sacó mayor rédito, al recogerse al final de los 45 minutos con una ventaja por 1-2, que pudo haber sido más amplia.
Los ‘culés’, con tres defensas y un pobladísimo medio del campo, hasta con cinco jugadores, le encontraron el tono al partido, en el que movió con relativo placer el balón, una situación esperada, aunque no le dio consistencia, debido a que el Milan poco necesitaba para llevar el balón a la meta de Valdés, quien en el 11 debió ejercitarse a fondo para atrapar una pelota que le vino de cabeza por Thiago.
Fue precisamente el joven centrocampista azulgrana que, a poco de cumplirse el primer cuarto de hora, se hizo con un balón imposible en la banda derecha, éste acabó en la izquierda desde donde Keita lanzó un potente pase de la muerte que acabó tropezando en Van Bommel, aunque detrás estaba Xavi, y con la pelota en el fondo de las mallas (0-1).
La ocasión más clara del Milan la elaboró en el minuto 19, cuando Robinho falló un claro disparo cuando se encontraba entre palos y sin portero.
Los italianos cargaron contra la meta de Valdés y en el tercer aviso Seedorf se sacó un sensacional pase con el interior que acabó en los dominios de Ibrahimovic, quien con la zurda batió por bajo a Valdés (1-1).
Se veía a un Milan lanzado, pero también el Barça se encontraba en un momento álgido, y de este instante de inspiración llegó un lanzamiento al travesaño de Messi y un claro penalti de Aquilani a Xavi, que la ‘pulga’ marcó en dos ocasiones, ya que el árbitro hizo lanzar de nuevo la pena máxima por una ‘paradinha’ ilegal (1-2).
Los azulgrana volvieron a tener claras acciones de gol, como en otra ocasión de Villa que erró de nuevo, aunque los instantes más emocionantes los generó el Milan en la recta final, con una sucesión de faltas en el borde del área azulgrana, tras la cuales ninguna acabó con un buen remate.
La intensidad no decayó en el segundo tiempo, en el que los dos equipos se volvieron a lanzar sobre la meta rival. La primera conexión clara entre Cesc y Messi llegó en el 50, pero el argentino dejó botar demasiado el balón y perdió verticalidad, y el balón acabó en el lateral de la red.
Cuatro minutos después, en el área azulgrana, una serie de rechaces acabaron con el balón en los pies de Boateng, quien realizó la acción del partido, en un gran regate sobre Abidal para encañonar a Valdés por el palo largo, en el que fue el gran gol de la noche (2-2).
El Barça no se quedó atrás en belleza poco después, cuando Messi se sacó un pase entre tres defensores para enviar un balón limpio a Xavi para que el catalán volviese a batir a Abbiati (2-3).
