El acto central de esta fiesta lo constituye la entrega de los títulos San Frutos y Dómine Cabra, para quien favorece o entorpece la labor periodística, respectivamente. Los protagonistas estuvieron a la altura de las circunstancias. La Ronda Segoviana, que recogió el premio San Frutos, agradeció con creces este reconocimiento con varias piezas musicales. Pero también se solidarizó con la profesión con un simbólico gesto alzando lápices, en referencia a los hechos ocurridos en París. Incluso superaron la capacidad de movilización institucional que tienen los medios al poner frente a frente a políticos de distinto color ideológico e institucional, como hicieron con la subdelegada del Gobierno, Pilar Sanz, y la concejala de Patrimonio Histórico y Turismo de Segovia, Claudia de Santos, para las que interpretaron la Jota del Cribero, de Cantalejo.
En este cóctel, equiparable a la propia profesión, el folclore se impuso por encima de las ideas políticas. Así fue como los profesionales se olvidaron por unos momentos del trabajo que pronto supondrá la campaña electoral.
También se sobrepuso el portavoz del Equipo de Gobierno de Segovia, Javier Giráldez, quien no sólo encajó bien su título de Dómine Cabra, sino que con fina ironía reprochó al sector mediático que no haya sabido comunicar la diferencia entre un premio positivo y una distinción negativa como la que él recogió.
Fue también una noche de recuerdos, para el polifacético Pepe Diviú; para quienes han sido presidentes de la Asociación de la Prensa, que el pasado diciembre cumplió su centenario, por lo que fueron acogidos como miembros de honor de la Ronda, el ex director de EL ADELANTADO, Pablo Martín Cantalejo, o el actual responsable, Alfredo Matesanz.