Hoy, 15 de agosto, se abre la ‘media veda’ en toda Castilla y León. Un elevado porcentaje de los más de 4.250 cazadores segovianos han preparado sus escopetas con la intención de salir al campo, a intentar cobrar alguna pieza. Sin embargo, entre el colectivo cunde el desánimo. A pesar de que en los últimos días se ha divulgado la noticia de que, a nivel regional, las expectativas son buenas, la realidad de Segovia es otra, contraria a esas previsiones. Aquí apenas se ven codornices, la especie “estrella” de la media veda.
“Es difícil que venga un año mejor que 2013 para la codorniz”, sostiene José Luis Gómez San Frutos, delegado de la Real Federación Española de Caza en Segovia. La primavera fue muy húmeda y la cosecha está siendo tardía, dos circunstancias que resultan propicias. Pero ni así abundan las codornices. Escuchar su canto no es frecuente. Así que Gómez San Frutos augura que “las perchas no serán altas”. El número máximo de piezas a cobrar por cazador y día es de 30.
Desde Cuéllar, Francisco Salamanca da por hecho que se cogerán menos piezas que en 2012. Él tiene un peculiar sistema para pronosticar si la temporada será buena o mala. Si mientras se cosecha, días antes del inicio de la ‘media veda’, se levantan de los trigales bandadas de codornices, la campaña será positiva. Si no alza el vuelo ningún ejemplar, mala. Y este año es de los segundos. “La gente de campo —asegura Salamanca—, dice que ni las oye cantar”.
Así que mal pinta para los cazadores segovianos. ¿Y cómo es posible que las expectativas sean tan diferentes entre Castilla y León y Segovia?. En base a los datos obtenidos por el Servicio Territorial de Medio Ambiente en la comarca de Riaza, la población de codornices era “alta” en primavera. Pero, con las olas de calor veraniegas, un elevado porcentaje ha emigrado a tierras norteñas, más frescas, de las provincias de Burgos, Palencia o Soria. Y así, la población segoviana se ha reducido en un 75%. En cualquier caso, el Servicio Territorial de Medio Ambiente no quería ayer adelantar si la temporada será desfavorable en Segovia. “Hasta que no se vean las primeras perchas no conviene aventurar nada”, esgrimían sus técnicos.
La codorniz no es la única ave cuya caza está permitida en la media veda. También figuran la tórtola común, la paloma torcaz —en ambos casos, la época hábil se inicia el 22 de agosto—, la urraca, la corneja y el zorro.
“La tórtola común se ha visto muy poco este año”, advierte Gómez San Frutos. Él no cree que se cace un número alto. Tampoco lo estima José Luis González, ex coordinador de SEO – Segovia, quien defiende que la Junta debería plantearse qué hacer con esta especie. “Hace un par de décadas, en Valdeprados habría 30 ó 40 nidos; este año hay únicamente dos”, avisa González. En su opinión, sus efectivos están “bajo mínimos”, por lo que pide a los cazadores que eviten disparar a esta especie. Según la Orden Anual de Caza, los cazadores pueden cobrar hasta ocho piezas de tórtola común al día.
Desde la Federación de Caza de Castilla y León se señala que la tórtola, siempre exquisita a la hora de buscar alimento, tiene a su disposición cada vez menos semillas silvestres, eligiendo las amplias parcelas de girasol. “Según el girasol vaya madurando —agrega la Federación de Caza de Castilla y León— podremos tener más o menos abundancia de las pequeñas acróbatas del aire. Cuando sientan el relente de los últimos días de agosto se pondrán en marcha hacia cuarteles más cálidos, proporcionando días de pasos entretenidos aunque difíciles de prever”.
En el extremo opuesto al de la tórtola común se sitúa la paloma torcaz, una especie al alza, en los últimos años sedentaria en Segovia. Todos los cazadores consultados por esta Redacción coinciden en que “cada vez hay más”. Y ahora, en la media veda, las perchas de palomas torcales llevarán un alto número de ejemplares. La Federación de Caza de Castilla y León reconoce que la paloma torcaz “sigue gozando de un incremento de sus poblaciones en todas las provincias y seguro que proporcionará unas buenas jornadas en sus desplazamientos diarios en busca de comida. Cada vez son más abundantes, incluso en entornos urbanos”.
