Nordine Amrani, de 33 años y viejo conocido de la justicia, sembró la desolación en esa localidad del este de Bélgica al abrir fuego de forma indiscriminada en una céntrica y abarrotada plaza.
El resultado: cinco personas muertas -entre ellas el autor de los hechos, que se suicidó- y más de un centenar de heridos, varios de ellos aún en estado crítico.
El ataque, llevado a cabo en plena «hora punta» en ese nudo de comunicaciones del centro de Lieja, podría además haber estado planificado.
Según informaciones dadas a conocer hoy por medios locales, Amrani efectuó el día anterior una transferencia de dinero a su compañera, incluyendo un mensaje que rezaba: «Te quiero, mi amor. ¡Buena suerte!».
Ayer, el asesino debía presentarse en una comisaría de Policía para responder a una acusación de agresión sexual, cita a la que nunca acudió.
El hombre disfrutaba de libertad condicional desde octubre de 2010, tras haber sido condenado a 58 meses de cárcel por asociación delictiva, después de que se le encontrase en posesión de 9.500 piezas de armas y una decena de armas completas, así como de 2.800 plantas de cannabis.
Fanático de las armas, Amrani se dirigió ayer al centro de Lieja cargado de todo un arsenal: varias granadas, un fusil automático y una pistola, con los que abrió fuego de forma indiscriminada desde una de las terrazas que domina la plaza Saint Lambert, donde se celebra el tradicional mercado navideño de la ciudad, cerrado en esos momentos por el mal tiempo.
Lieja celebrará el próximo domingo una concentración de duelo y recuerdo de las víctimas, mientras que el gobierno no descarta decretar una jornada de luto nacional.