El corredor alemán del conjunto Argos Shimano Marcel Kittel venció ayer en la primera etapa del Tour de Francia, celebrada sobre 213 kilómetros entre las localidades de Porto Vecchio y Bastia, y se colocó como primer líder de la edición número 100 de la ronda gala, mientras que Alberto Contador (Saxo-Tinkoff) se vio implicado en una caída a falta de algo más de tres kilómetros que no le hizo perder renta con los favoritos al dar la organización el mismo tiempo a todos los corredores.
Todo parecía propicio para una llegada con un sprint masivo, pero la primera semana siempre es una caja de sorpresas. Una de las máximas de estas primeras jornadas es que, en ellas, nunca se gana la carrera, pero sí que puede perderse. La razón de ello son las caídas que siempre suelen darse por una razón puramente física: muchos corredores, demasiados nervios y una carretera en la que no suelen entrar todos.
Ayer se vio involucrado Alberto Contador. El de Pinto se fue al suelo a tres kilómetros de meta en la que se vio implicado otro candidato al triunfo en París, el australiano Cadel Evans (BMC Racing), y los dos hombres llamados a jugarse el triunfo, el británico Mark Cavendish (Omega Pharma) y el eslovaco Peter Sagan (Cannodale). Antes que el madrileño, se había caído el gran favorito, el británico Chris Froome (SKY), pero éste fue en el tramo neutralizado y no tuvo consecuencias.
Por si esto fuera poco, la estapa estuvo cerca de verse recortada tres kilómetros debido al autobús del equipo Orica GreenEdge. El vehículo se quedó atascado en la línea de meta y no fue hasta que restaban cinco kilómetros cuando los operarios consiguieron echarlo hacia atrás. La organización había previsto acabar antes, con lo que el final hubiera pasado a la historia por esperpéntico.
Antes del caos de los últimos metros, la carrera estuvo marcada por una escapada que empezó casi desde el kilómetro 0. Jerome Cousin (Europcar), Juan José Lobato (Euskaltel), Lars Boom (Belkin), Juan Antonio Flecha (Vacansoleil) y Cyril Lemanc (Sojasun) fueron los primeros fugados de este Tour de Francia.
En ningún momento dieron la sensación de que tuvieran opciones de llegar a meta ya que el pelotón no les concedió nunca más de cuatro minutos. Para lo que sirvió esta escapada fue para que Lobato pasara primero por la cima del alto de Sotta y se convirtiera en el primer líder de la montaña. Buena noticia para Euskaltel, que se ve con protagonismo en la carrera desde el primer día.
El pelotón fue jugando con las ventajas de los escapados hasta que el trabajo de los equipos interesados en llegar al sprint (Cannodale y Omega Pharma sobre todo) se intensificó y la fuga fue perdiendo paulatinamente tiempo. Así primero Lobato a 60 kilómetros del final y luego los otros cuatro fugados (a 37 de meta) acabaron siendo capturados por el grupo.
Antes de la caída de Contador, el Team Saxo-Tinkoff intentó una maniobra ofensiva. A falta de 30 kilómetros, el equipo danés trató de pillar a alguien desprevenido en una zona propensa para los abanicos. No consiguieron su objetivo y de ahí al final ya fue el terreno del desorden y de las caídas (Hesjedal también acabó en el asfalto), un caos en el que el alemán Kittel consiguió reinar para ser el primer líder de la ‘Grande Boucle’.
