El conocido como Bibliotecario de Al Qaeda, detenido este martes en Valencia, Mudhar Hussein Almalki, colocó el pasado mes de junio al expresidente José María Aznar y al exsecretario general de la OTAN Javier Solana en una lista de objetivos de la yihad (Guerra Santa) que circula por Internet por considerarles «criminales de guerra».
Así se desprende del auto dictado ayer por el que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz acordó su ingreso en prisión incondicional, acusado de un delito de integración en organización terrorista «como veterano y destacado miembro» del aparato de propaganda de apoyo a Al Qaeda Red Ansar Al Mujahideen (Red de partidarios de los Muyahidines).
Según la resolución del magistrado, Almalki controlaba desde el ordenador de su domicilio los contenidos de la «sala virtual» yihadista Minbar Alansar, a modo de «mantenimiento de la línea editorial». También participaba en varias plataformas y foros, entre ellos el denominado Al Shumukh, donde, utilizando un nick, aceptó la invitación a confeccionar una lista «de objetivos para atentar».
En dicha memoria, además de Aznar y de Javier Solana, el arrestado incluyó, con fotografías adjuntas, a los expresidentes norteamericanos George Bush padre e hijo y Bill Clinton, al ex primerministro británico Tony Blair y a la exsecretaria de Estado estadounidense Madeleine Albright, a la que identifica como ex ministra de Asuntos Exteriores del enemigo Americano.
La enumeración, según la documentación incautada por las Fuerzas de Seguridad, venía precedida del texto de una plegaria de apoyo a los mártires que concluía con palabras como sangre, sangre… destrucción, sacrificio, sacrificio…. aniquilación… dañar a todos los enemigos. Los crímenes cometidos contra los musulmanes y que no debemos olvidar por Dios. Solo una bala, incitación de los valientes muyahidin para el renacimiento del sacrificio.
Según la investigación, el Bibliotecario empleaba entre 10 y 15 horas al día a divulgar su ideología «radical y fundamentalista del extremismo islámico» desde el ordenador de su domicilio, «a fin de captar a personas musulmanas de todo el mundo para la comisión de acciones violentas, prestando así sustento ideológico a los autores de atentados terroristas», razona Ruz en su auto.
En una de sus últimas sesiones, el pasado 22 de marzo, Almalki realiza dentro de la red islámica Al Fida un post en apoyo y exaltación del asesino de Toulouse, Mohamed Merah.
De la operativa diaria de lo investigado se desprende también que la labor del detenido obedece a pautas de un trabajo en grupo «bien definidas como jerarquización, división de cometidos y cooperación con otros individuos».
