Ya sea fruto de una reflexión más sosegada, ya resultado de un buen consejo de sus asesores de imagen, quizá persuadidos de que se trata de una buena oportunidad para mitigar la invisibilidad informativa del otrora líder de IU y hoy mero diputado de a pie, Gaspar Llamazares, lo cierto es que el enfado del izquierdista a cuenta de la utilización de su fotografía para confeccionar un retrato robot de Bin Laden va in crescendo.
Lo que en un principio el logroñés apenas consideró una risible anécdota a cuenta de la que incluso llegó a hacer públicas bromas, se ha convertido ahora en una seria preocupación, y no solo por el temor a que una confusión con el jefe de Al Qaeda pueda acarrearle problemas de seguridad, sino especialmente debido a que interpreta el empleo de su imagen por parte del FBI como un ataque directo y premeditado a su persona y a las ideas que representa.
De hecho, Llamazares anunció ayer que ha enviado cartas a la Embajada de EEUU en España, al Congreso de la superpotencia y al propio FBI exigiendo una investigación «a fondo» y una depuración de responsabilidades por el empleo de una instantánea suya para confeccionar un retrato robot del terrorista, un hecho que, siempre a su entender, solo puede ser achacable a un cierto «sectarismo político» por parte de la Administración Obama, pues «no es casualidad» que hayan elegido precisamente su fotografía de entre los millones que circulan en internet. Durante una rueda de prensa en la Cámara Baja, el dirigente de IU mostró su «indignación más absoluta» por la «manipulación» de sus rasgos físicos que ha realizado la Policía federal estadounidense en la composición del rostro de varios de los terroristas islamistas más buscados «de forma reiterada». El parlamentario considera que la maniobra supone, además de «una degradación» de su imagen pública, por la que se reserva la opción de ejercer acciones legales, «la garantía de la impunidad del terrorista».
Llamazares también puso de relieve su «preocupación por la seguridad» tras este incidente: «Si la lucha antiterrorista se lleva a cabo con estos mimbres, ¿en qué manos estamos?», se preguntó antes de achacar a «la incompetencia, el prejuicio y, lo que es que peor, al sectarismo ideológico» el uso que se ha hecho de su imagen, «al calor de la guerra preventiva» que, según añadió, ha demostrado ser «un fracaso total».
A modo de colofón, Llamazares exhortó a que se lleve a cabo una investigación «a fondo» para averiguar si los izquierdistas forman parte de los archivos del FBI, y para conocer «quién ha sido el responsable» del «corta y pega» de su imagen, y si ha llegado a cobrar por dicho trabajo.
Además, el diputado quiere que se «depuren responsabilidades». «No me basta que el último de los técnicos del FBI caiga o sea desplazado, sino que quiero responsabilidades al mismo nivel que las acusaciones», enfatizó.
Por último, el riojano dijo esperar también que el Gobierno «refuerce» en los próximos días los contactos con la Administración Obama para que pueda recibir una explicación, y lamentó la tardanza del embajador, Alan Solomont, que hasta el mediodía de ayer no se puso en contacto con él.
