Si Cervantes levantara cabeza vería que han pasado cuatrocientos años desde su muerte. Tras tanto tiempo desde que dejó este mundo, en España se le sigue rindiendo homenaje y Segovia no iba a ser menos.
En su honor, la Comisión Nacional del IV Centenario de la Muerte de Cervantes ha anunciado una programación oficial en la que incluye ‘Las andanzas de Cervantes en Segovia’. Grupos reducidos de personas pueden reservar un paseo por algunos de los sitios más emblemáticos del casco antiguo de la ciudad cada miércoles y viernes desde hoy, 22 de julio, y hasta el 31 de agosto, encuadrado en un ambiente teatralizado y básicamente en verso a cargo del ‘Teatro La Imaginación’ y Turismo de Segovia.
luces, cámaras y acción El manco de Lepanto no estuvo nunca en la localidad del Eresma, un dato importante, teniendo en cuenta el nombre que tiene la ruta, pero el área de Turismo de la ciudad tiene la suficiente imaginación como para inventarse la no visita de Cervantes en su época.
El primer lugar del itinerario es la Casa-Museo Rodera Robles. Dos mujeres ataviadas con ropas del siglo XVI aparecen cantando y hablando, y de repente aparece un hombre sin una mano. A deducción de todos se trata de Miguel de Cervantes Saavedra, vestido con ropas sueltas y una gorguera como si hubiera salido del retrato de Juan de Jáuregui.
Durante el trayecto es él quien cuenta su historia, busca a Simón Freire por una deuda que le debe. Su presencia en la casa es una excusa para hablar del tipo de edificios de la época, y esta precisamente perteneció a las familias Bermúdez de Contreras y Del Río (siglos XV y XVI).
El paseo por las zonas más simbólicas de la ciudad no hace más que empezar. La siguiente parada es la plaza de la Trinidad y su iglesia de estilo románico del siglo XII. Allí Cervantes se ve engatusado por las dos mujeres de antes, que le enredan desde el primer momento con medias verdades sobre su búsqueda a cambio de dinero. La guía de la ruta habla entonces de Fray Juan de la Cruz. Precisamente este es el único detalle que une a Cervantes con Segovia, en ‘El Quijote’ el traslado del cadáver del fraile, ya convertido en santo, que había fallecido en Úbeda en diciembre de 1591.
Una vez acabada la segunda actuación, todo el séquito asistente desfila calle Capuchinos abajo pasando por detrás de la Plaza Mayor, con la puesta de sol a punto de caramelo, todo recto hacia la Casa-Museo de Antonio Machado. El patio principal lucía inmaculado, con el busto del escritor rodeado de flora, y el propio Cervantes atraviesa junto a los asistentes el edificio para adentrarse hasta el patio trasero.
En la penumbra los asistentes escuchan un capítulo más de la historia de Don Miguel, que sigue buscando respuesta sobre su deudor. Después es inevitable contar qué significó aquella casa para Machado, lugar en el que vivió mientras ejercía de profesor de francés en la capital segoviana. Casi intacta desde entonces, fachada y estructura se ha mantenido incólumes hasta ahora. Pero no todo va a ser Machado en Segovia, la Casa de Abraham Seneor esperaba para cerrar el paseo aunque no sin antes pasar por la Sinagoga de los Ibáñez.
A uno de los lados de la nave de la ‘Dama de las Catedrales’ descansa el templo hebreo, un alto en el camino que trajo consigo la noche en plena judería. A paso lento, para no perder detalle de cada casa del casco antiguo, llega el final de la ruta. Directos a la también llamada Casa de Andrés Laguna, la ruta se ve envuelta en aires de poesía. Una vez dentro de la casa, los presentes se adentran hasta el patio y se sientan para ver el espectáculo final.
La historia de Don Gaiferos, contada por unos titiriteros, ensalza las crónicas francesas y romances castellanos. Divertido, el público ríe ante las representaciones picarescas, y finalmente Cervantes encuentra la respuesta que buscaba. Freire, muy listo él, se marchó a las Américas con los bolsillos llenos, incluido el dinero del escritor. El famoso manco de Lepanto se ve empujado a marcharse de Segovia y se despide de los asistentes, que aplauden maravillados por la ruta teatralizada, y el actor acaba diciendo: “Amamos a Segovia y amamos a Don Miguel en este paseo imaginario sobre el célebre escritor y su no visita a Segovia”.
