Los primeros gestos de buena voluntad, después de tres años de enmudecimiento, fueron reales ayer. El ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Yuval Steinitz, anunció que el Gobierno cederá ante una de las más importantes exigencias de la Autoridad Palestina y, en el marco de las negociaciones de paz que se van a reanudar la semana que viene en Washington, liberará a una cantidad aún indeterminada de presos palestinos. Entre otras condiciones, los negociadores quieren que se excarcele a 350 reos, buena parte de los cuales se hallan en centros penitenciarios desde antes de los acuerdos de Oslo de 1993, los que sentaron las bases para posteriores negociaciones, cuyo reinicio tras tres años fue proclamado por el secretario de EEUU, John Kerry.
«Vamos a liberar a algunos prisioneros», declaró el ministro de Finanzas, Yuval Steinitz, a Radio Israel. «No quiero dar cifras, pero entre ellos se encontrarán pesos pesados que llevan encerrados desde hace décadas», anunció.
Según un recuento actualizado en junio de la agrupación Addameer, hay en cárceles israelíes 4.979 presos palestinos. De ellos, 13 son legisladores y 44 menores de 16 años. Al menos 156 son detenidos administrativos, en arresto militar preventivo y sin cargos por motivos de seguridad.
Steinitz reveló otros detalles, como que incluye un plazo concreto de negociaciones de al menos nueve meses y que los palestinos se han comprometido a no presentar denuncias ante tribunales internacionales contra su país.
El dirigente explicó, además, que no se han realizado otras concesiones: no se ha pactado una paralización de la construcción en los asentamientos judíos de Cisjordania ni se han dado garantías sobre las fronteras del futuro estado palestino. Aprovechó también para cuestionar el compromiso del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, quien habría accedido a este acuerdo «a su pesar», y cuestionó su capacidad para realizar las solicitudes necesarias para lograr un acuerdo de paz a largo plazo.
Por otro lado, el movimiento islamista Hamás repudió el nuevo diálogo, al considerar al presidente palestino, Mahmud Abbas, como un negociador deslegitimado para liderar unas conversaciones que comenzarán en plena ocupación israelí.
Hamás rechaza la figura de Abbas, porque no goza del respaldo de su pueblo. El grupo islamista se alzó con la victoria en las elecciones legislativas de 2006, cuyo resultado detonó una crisis en el seno del Gobierno palestino y culminó con la toma de poder de la Franja de Gaza por parte del movimiento.
La Autoridad Palestina aún no ha formulado una respuesta oficial al anuncio del secretario de Estados Unidos, John Kerry, pero indicó que todavía quedan pendientes una serie de flecos antes de la reanudación de unas gestiones de paz que llevan paradas desde hace casi cuatro años.
El secretario estadounidense, Jonh Kerry, tuvo mucho que ver en este avance de las negociaciones entre los dos países de Oriente Próximo, y la comunidad internacional alabó sus esfuerzos por este logro.
El jefe de la diplomacia confía en que «ambos líderes (el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas) están trabajando con él de buena fe», afirmó. «Obviamente, entiendo que cada uno de ellos tienen sus propias situaciones políticas con las que tienen que lidiar. Pero quiero que continúen involucrándome» en las negociaciones, apostilló.
Así, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, saludó ayer el anuncio de Kerry, a quien elogió por los esfuerzos de mediación, y por la decisión de israelíes y palestinos de retornar a la mesa de negociaciones. También convocó a ambas partes a demostrar capacidad de liderazgo, valor y responsabilidad para continuar con los esfuerzos de cara a una solución de dos estados. Ban indicó que las Naciones Unidas apoyarán todos los esfuerzos para lograr una paz de largo alcance.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania, Guido Westerwelle, consideró que se ha dado un «primer paso hacia una oportunidad real de paz en Oriente Próximo después de lo ocurrido en los últimos años».
Mientras, la ministra de Justicia y principal interlocutora israelí en las negociaciones con los palestinos, Tzipi Livni, ensalzó este acuerdo y reconoció que el reinicio representa una «oportunidad», aunque, «una vez que comiencen, no será fácil». «En las negociaciones mantendremos los intereses nacionales y de seguridad de Israel como un Estado judío y democrático», afirmó.
