Apenas medio mes después de que los opositores al régimen sirio dieran un ultimátum al presidente, Bachar al Asad, para que cumpliera con el plan de paz establecido por la ONU o, en caso contrario, endurecerían sus ataques, ayer fue el propio mandatario quien hizo lo propio, amenazando a los rebeldes con una ofensiva militar si en un plazo de 24 horas no deponen sus armas y se presentan a las autoridades del país. Todo ello en el marco de una jornada que dejó al menos 12 muertos en nuevos combates en diferentes ciudades de la nación y dos explosiones en la capital, Damasco.
El mensaje del Ejecutivo señala que, en el caso de que los insurgentes no cumplan con esta disposición, el Ejército irá contra «los terroristas con medios militares».
Desde hace varios días, los disidentes observan un cambio en la estrategia de las tropas gubernamentales. De hecho, sospechan que el Gobierno pretende erradicar de algunos barrios a los opositores, principalmente a los árabes sunitas, para que se establezcan allí las fuerzas leales al régimen. Al Asad pertenece a la minoría de los alauitas.
Entretanto, la oposición informó de que las fuerzas del presidente volvieron a emplear armamento pesado. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, en la provincia de Homs murieron seis civiles y un combatiente rebelde en enfrentamientos entre la insurgencia y los efectivos de Gobierno, mientras en el feudo de las protestas de Al Rastán perdió la vida el líder opositor local, Ahmed Bahbuh, en un ataque en el que también hubo muchos heridos. El Ejército empleó helicópteros en los ataques.
En la sureña provincia de Daraa murieron cinco personas en ofensivas del régimen, cuatro de ellas en la región de Tarik al Sad. En la noroccidental ciudad de Idlib explotó un coche bomba en un puesto de control del Ejército, provocando víctimas entre los soldados, afirmó el grupo opositor sin dar detalles.
Además, dos explosiones sacudieron Damasco, contra un edificio de seguridad y un depósito de armas, según informó la oposición siria, en el marco de las alarmas de que el país podría estar precipitándose hacia una guerra civil.
Precisamente, para prevenir que el conflicto pueda llegar a más, las principales potencias mundiales intentarán que el nuevo Grupo de Contacto Internacional sobre Siria se reúna el próximo 30 de junio en Ginebra, según detallaron fuentes diplomáticas.
«Nuestra idea es que sea ese día, pero no hay nada confirmado», agregaron los informantes.
El enviado especial de Naciones Unidas y la Liga Árabe, Kofi Annan, ha pedido insistentemente que la cita se celebre lo antes posible, pero la oposición de Estados Unidos a que participe Irán está ralentizando el encuentro.
Además, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, subrayó que Rusia ha de adoptar una postura más constructiva respecto al conflicto en Siria si no quiere poner en riesgo lo que percibe como sus intereses vitales en el país árabe.
