Las fuerzas de la OTAN volvieron a bombardear la noche del pasado lunes varios objetivos de Trípoli dentro de sus esfuerzos por continuar debilitando las capacidades del régimen de Muamar el Gadafi.
La Alianza reconoció que sus ataques alcanzaron tres centros de mando en la capital (que se saldaron con cuatro heridos, dos de ellos menores), al tiempo que resaltó que su único objetivo es impedir que el coronel golpee a la población civil del país, y no acabar con la vida del líder libio, quien respondió a la ofensiva internacional con una embestida sobre la ciudad de Misrata, donde no se registraron víctimas mortales.
Además, las tropas rebeldes retrocedieron en el frente oriental hasta Ajdabiya, donde se concentraron a la espera de que las fuerzas aliadas ataquen posiciones de los efectivos gadafistas, con los que se enfrentan en las últimas jornadas.
Visita de Chacón
Por otro lado, la ministra española de Defensa, Carme Chacón, que visitó a las tropas nacionales desplegadas en la misión de Libia, respaldó la operación de la OTAN y se mostró convencida de que se tardarán «semanas o meses», pero se conseguirá una «situación de paz» en la nación africana «y sin Gadafi».
«La presión militar está siendo útil», indicó, y las acciones castrenses acabarán «cuando la población esté protegida», tal y como se marcó como objetivo la ONU.
