La violencia en Siria ha alcanzado tal punto que el Gobierno de Bachar al Asad está utilizando a niños como escudos humanos para evitar que sus tropas sean atacadas por combatientes opositores. Al menos así lo denunció ayer la ONU, que aseguró en un informe que los menores se han convertido en «víctimas» que se arriesgan a morir, sufrir mutilaciones, tortura y malos tratos, tanto por los soldados leales al régimen como por los servicios de Inteligencia.
Además, pequeños de entre ocho y 13 años son sacados a la fuerza de sus casas y «usados por los militares como escudos humanos». Las fuerzas gubernamentales sitúan a estos menores junto a los vehículos en los que viaja el personal militar, según detalla el documento.
Por otro lado, el enviado especial para Siria, Kofi Annan, anunció que el nuevo grupo de contacto internacional se reunirá «pronto» para analizar de qué manera se puede conseguir que tanto el Ejecutivo como la oposición cumplan el plan de paz que propuso y que, por el momento, ha fracasado.
