Cuando el nuevo ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, anunció que uno de sus objetivos era acabar con «la cultura de las subvenciones», muchos miraron de reojo al cine esperando una airada respuesta. Sin embargo, de momento, parece que el sector no quiere enfrentarse al Ejecutivo recién llegado e, incluso, acepta «entrar en el juego» propuesto hace unos días por el titular de la cartera de la que depende el séptimo arte.
Fue Pedro Pérez, presidente de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles (Fapae) quien aseguró ayer que están «abiertos al cambio». Según el dirigente, el cine tiene que «cargar con el sambenito» de ser el único subvencionado, algo que «no es tan cierto», en su opinión, pues este sector solo recibe un 18 por ciento del total de las ayudas públicas.
En este sentido, explicó que en España, el ámbito de las energías renovables ha recibido 6.500 millones de euros por parte del Estado, mientras que el cine solo se ha beneficiado de 50 millones. Sin embargo, «sobre nuestras espaldas pesa la carga de ser los únicos subvencionados», señaló el productor audiovisual.
«Somos el país con menores ayudas al cine y parece lo contrario, esperamos con ansia lo que quiera contar el ministro, esperamos su plan y estamos dispuestos a hacer una pequeña revolución dentro del sector», señaló el presidente de Fapae.
A este respecto, añadió que el Partido Popular, en su programa electoral, hablaba de reducir las subvenciones e ir subiendo las desgravaciones fiscales, una propuesta que le parece buena. «Estamos encantados de que nos presenten un plan con respecto a los beneficios fiscales», aseveró Pérez, que hace unos días fue reelegido por otros cuatro años como presidente del organismo.
Respecto a Internet, el presidente de los productores reconoció que España va con la «lengua fuera» y sin anticiparse a la realidad de la calle, por lo que espera poder poner «a disposición del cliente» las obras que demandan.
«Si no lo hacemos de una manera pacifica, nos acabarán asaltando», ratificó Pérez, quien espera que se pueda crear «un marco de entendimiento menos beligerante y distinto al actual», si se respeta la propiedad intelectual y a quienes viven de ello.
«Nos han enfrentado con el usuario, cuando aquí se está lucrando un tercero que obliga a los ciudadanos a pagar la banda ancha más cara de Europa. Pero parece que la guerra es entre los que invertimos para que haya producto y los quieren disfrutar», alegó el dirigente.
En este sentido y preguntado por la Ley Sinde, aseguró que es «mejor» de lo que la gente ha contado. «No entiendo cómo el Gobierno socialista no ha cumplido con su mandato constitucional de desarrollar las leyes que ellos mismos han promulgado, tenían que haber hecho sus deberes», subrayó el productor.
En cuanto al descenso del número de espectadores que van a ver cine español, Pedro Pérez aplicó la autocrítica y matizó que la culpa no es el del espectador. «Probablemente, no hemos sabido vender las películas de una manera que haga al ciudadano ir a las salas», reconoció el mandatario.
Sin embargo, rechazó la idea de que el sétimo arte nacional solo trata temáticas relacionadas con la Guerra Civil, ya que en la última década, solo 1,4 por ciento de las cintas han tocado este tema. «Es verdad que a veces hacemos películas que no conectan», confesó el presidente, al tiempo que recordó que en EEUU o en Francia el porcentaje de largometrajes fallidos «coincide con el de España».
