Si cuando se hacía la mili, después de entrar en quintas como se solía decir, en tu cartilla reflejaban que el valor se suponía que lo tenías, los quintos de El Espinar lo demuestran cada año cuando les toca enfrentarse al toro. Así se pudo ver ayer en la becerrada de quintos en la que las dos cuadrillas se enfrentaron a sendos erales con gran acierto en todas las suertes, sobre todo los dos matadores, Rubén y Alberto, matando sin problemas y valentía cada uno a su ejemplar.
Después de su faena tocaba a los quintos de los 25 años, capitaneados por la Quinta el Chupete, demostrar sus habilidades taurinas con una vaquilla que supo defenderse provocando algún que otro revolcón sin consecuencias. Todo esto en una tarde marcada por un fuerte chaparrón que en principio hacía pensar en suspender el espectáculo, pero tras cesar la lluvia, con un poco de paciencia y veinte minutos más tarde del horario previsto comenzaba a celebrarse un día tan especial y típico en el municipio.
La jornada festiva del miércoles concluyó con el encierro ecológico en la plaza de la Constitución de la peña Los Charros y la verbena con la orquesta Anaconda.