El CSKA de Moscú se vengó ayer del Real Madrid en el penúltimo partido del ‘Top 16’ de la Euroliga (81-72) gracias a una excelente primera mitad de los rusos en la que sometieron a los pupilos de Pablo Laso, por lo que será la próxima semana cuando el líder de la Liga Endesa defina su posición de cara a los cuartos de final.
El conjunto blanco, que ni siquiera pudo mantener el ‘basket-average’ a su favor, mejoró su actuación tras el descanso, pero fue una reacción demasiado tardía como para derribar la ventaja construida por los hombres que dirige Ettore Messina. La fiereza de Sonny Weems y la muñeca de Milos Teodosic terminó por condenar a los blancos, que nunca llegaron a ver la luz al final del túnel.
El cuadro visitante tuvo un mal comienzo. Una mezcla provocada por sus errores y por el acierto de los rusos, evidenciado en manos del serbio Teodosic (10 puntos en el primer asalto), que castigó sin piedad a los ‘merengues’, desaparecidos en ambas zonas y obsesionados con su habitual lanzamiento desde el perímetro.
El marcador reflejó con exactitud la superioridad (17-6, min. 6) de los locales, que no bajaron la guardia en ningún momento. De hecho, el CSKA dominó todas las estadísticas, a excepción de la casilla de pérdidas, que arriconó a los españoles en la transición al campo contrario. Nada le salió al Real Madrid, cuyos artilleros más en racha (Llull y Carroll) aún no habían anotado. El mallorquín, incluso, se fue de vacío.
Antes de alcanzar el descanso, el bloque visitante volvió a sufrir un bajón importante, sobre todo por los desajustes en defensa. Un parcial de 7-0 elevó la diferencia a los 15 puntos, un colchón que se mantuvo al término de los dos asaltos iniciales. El cuadro eslavo no ofreció rendijas, mostró su solidez y obligó a su rival a dar mucho más de sí.
Fue entonces cuando el Real Madrid cambió su discurso y se apoyó en Rudy Fernández, el mejor del equipo. El escolta balear, muy ‘enchufado’ desde la línea de tres, culminó un 0-9 para los suyos que devolvió la esperanza, principalmente, de tirar por la borda el ‘basket-average’. El triunfo en el Palacio fue por ocho y los de Laso no quería meterse en más líos.
Pero el Madrid lo hizo pese a que Rudy siguió obcecado con lo mismo. Al final, llegó a poner la distancia de su lado (74-67, min.39) merced a un mate de Carroll, pero la mala gestión de los minutos finales entregó el mango de la sartén a los rusos, que también se apoyaron en el buen hacer de Nenad Krstic, un valor seguro.
De esta forma, la escuadra blanca se jugará la próxima semana ser cabeza de serie en los cuartos de final y obtener el factor campo en caso de un definitivo quinto partido. Los hombres de Pablo Laso se medirán al Efes turco con el único objetivo de no hipotecar su futuro en una Euroliga que afronta su tramo decisivo.
Por otro lado, el Unicaja de Málaga consiguió ayer una importantísima victoria en la cancha del Anadolu Efes (64-70), pero finalmente perdió todas sus opciones de pasar a los cuartos de final tras la victoria del Panathinaikos griego sobre el Brose Baskets alemán.
El conjunto de Jasmin Repesa demostró su arrojo en Estambul, la tercera gran plaza en la que vencen tras Moscú y Madrid con una excelente actuación de Marcus Williams, que anotó 20 de sus 22 puntos en la segunda mitad.
