Ojalá fuera innecesario recordar, siquiera con la brevedad anterior, la biografía de Esteban Vicente, al menos entre nosotras y nosotros, en Segovia. No tanto por erudición fácil sino por familiaridad cultural, por memoria viva, por visita frecuente a su obra, por familiaridad creativa. Y en Segovia tenemos el inmenso privilegio de tener a la mano, a la vista, la más amplia y representativa muestra de la extensa y laboriosa obra artística de Esteban Vicente en el Museo de Arte Contemporáneo que lleva su nombre en el antiguo solar realengo que ahora, por azares mediáticos, está de moda.
Pero no olvidemos que pocos meses atrás sentíamos el vértigo de ver clausura esta institución, de las escasas que han visto la luz y han mantenido una actividad ambiciosa y exitosa desde sus inicios en 1998 en torno al conocimiento y divulgación del arte contemporáneo español e internacional. En plena calima de verano surgía la noticia de una operación tan rocambolesca como oportuna entre Abertis Autopistas y Ambientair, que hacía posible la continuidad del Museo hasta finales de año. Ya ven, aún sin ley de mecenazgo en el boletín oficial ni más requisitos de patrocinio que garanticen promociones ventajosas, una doble donación por ambas empresas ha posibilitado la continuidad de las variadas actividades del museo hasta el día de hoy. La obra Canto (1995) de Esteban Vicente, que podemos ver ya incorporada a la colección del Museo, es la clave de esta operación, tan sencilla como beneficiosa, tan concreta como transparente. .
En estos momentos de especial dificultad económica, esta iniciativa de empresas privadas ha permitido prolongar, siquiera por unos meses, el reconocimiento al proyecto mismo y a las actividades del Museo en los ámbitos, expositivo, difundiendo la gran herencia de la creatividad artística contemporánea, educativo de escolares, familias y toda persona interesada en la vivencia creativa y el desarrollo de la cultura como piezas imprescindibles para una formación ciudadana libre, democrática e inclusiva, y, finalmente, investigadora en su importante biblioteca y línea editorial.
Es en este contexto en el que la actual exposición «Pinturas, juguetes, obra gráfica» de Esteban Vicente tiene todo el valor y significado imaginables. Esta exposición presenta aspectos menos conocidos o inéditos de la producción artística de Esteban Vicente en su etapa americana.
Desde la exposición inicial sobre la «Donación Esteban Vicente» (1998), hemos podido ir descubriendo la obra del artista segoviano en su génesis, en sus contextos europeos y americanos («Luz entera. Esteban Vicente y sus contemporáneos, 1918-1936″.2003. «El Expresionismo Abstracto Americano en las colecciones españolas». 2003), en insospechado diálogo con otros artistas («Zurbarán, Juan Gris, Esteban Vicente. Una tradición española de la modernidad».2003). La obra de Esteban Vicente nos exige una aproximación lenta y silenciosa, paciente y rigurosa, insistente y gozosa, para desvelar así, pincelada a pincelada, capa a capa, guiño a guiño, su quehacer metódico y progresivo, su sensibilidad tan respetuosa como innovadora. Vicente dibujante en papel («Esteban Vicente. Dibujos»,1920-2000. 2010), escultor en espacios mínimos y memorias simples («Juegos en el espacio. Esteban Vicente. Esculturas 1968-1998″. 2002), creador de improvisaciones buscadas, precisas y azarosas («Esteban Vicente. Concrete Improvisations: Collages and Sculpture = Improvisaciones Concretas: Collages y Esculturas». 2011) y siempre pintor y buscador incansable de formas, luces y colores («El color es la luz: Esteban Vicente, 1999-2000″. 2001).
La obra de Esteban Vicente nos sugiere ser paseantes por un laberinto de formas ambiguas y sorpresas cromáticas, en busca de una luz humanizada, sin dramatismos ni violencias, hacia dentro del cuadro, encontrando itinerarios de líneas replicadas como ecos, hablando con signos apenas esbozados, siempre armoniosos. Y la invitación constante a no dejar de mirar la naturaleza, creyendo en la pintura como artificio óptico («Mirar, no pensar», como propusiera Cezanne) para reinventar el jardín, el único paraíso a la mano del hombre.
Y junto a las veintisiete pinturas y dieciséis dibujos, hitos en el proceso de su madurez creativa, 18 juguetes, toys o divertimentos, tres novedades memorables nos ofrece la exposición: Una amplia y poco vista selección de obras gráficas en xilografías, litografías, serigrafías y la incorporación de procedimientos fotomecánicos, como ilustraciones para libros en colaboración con su segunda esposa, la hispanista y poeta M.ª Teresa Babín; colaboraciones para la revista IT IS dirigida por el escultor Philip Pavia y realizada por los artistas del Expresionismo Abstracto Americano de 1958 y hasta 1964; y la joya gráfica de el libro «A mis soledades voy de mis soledades vengo», último proyecto gráfico en el que el artista realiza diez serigrafías que ilustran una selección de escritos del Siglo de Oro español. Acompañan al libro ocho de los collages originales para el proyecto.
El tapiz Daytime, 1970 – 79, tejido en la India bajo la supervisión de la Galería Modern Master Tapestries de Nueva York
El vídeo «Esteban Vicente: Retrato de un artista», realizado por Madeline Amgott en 2007. Su estudio, sus intuiciones, su método, su memoria, su emoción racional. «Siempre es un pintor español».
Estamos ya a comienzos del año nuevo. ¿Qué va a pasar? Visitemos el Museo como una reivindicación firme de su defensa, de su continuidad. Acción poco creativa, pero tal vez eficaz.
LUGAR: Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente. Plazuela de las Bellas Artes, s/n. 40001. Segovia. HORARIO: Martes y miércoles, de 11 a 14 y de 16 a 19 hs. Jueves y viernes, de 11 a 14 y de 16 a 20 hs. Sábados, de 11 a 20 hs. Domingos y festivos, de 11 a 15 hs. De septiembre de 2012 a enero de 2013.
