Los investigadores en materia de Derechos Humanos de la ONU han llegado a la conclusión de que las fuerzas del régimen de Bashar al Asad son las responsables de dos masacres ocurridas el pasado mes de mayo en las que murieron más de 450 civiles, según indicaron ayer en un informe.
El texto documenta ocho matanzas, atribuyendo todas ellas salvo una a las Fuerzas Gubernamentales, pero asegura que tanto el Gobierno como los rebeldes han cometido crímenes de guerra contra la humanidad, toma de rehenes y ataques contra civiles en su batalla para controlar el territorio.
Así, los exterminios en Baida y Ras al Nabaa, dos reductos de simpatizantes opositores rodeados por localidades leales a Al Asad, ponen de manifiesto el precio que algunos sirios pagan por apoyar a los contrarios al Ejecutivo.
De esta forma, en Baida, según el documento, entre 150 y 250 civiles fueron asesinados, entre ellos 30 mujeres, que aparecieron en una misma casa. Según el análisis, los rebeldes no estaban activos en esta zona en ese momento. «Los testimonios eran congruentes con que las Fuerzas de Defensa estuvieron activamente implicados en las redadas y en muchos casos los encabezaron. En consecuencia, hay razones para creer que esas milicias provocaron la masacre».
Al día siguiente, ante las noticias de que los soldados estaban avanzando con apoyo del Ejército, cientos de civiles intentaron huir de la vecina localidad de Ras al Nabaa, pero fueron repelidos en los puestos de control. Las fuerzas del régimen procedieron a bombardear la zona y luego los milicianos entraron en ella. «Mientras peinaban las ciudades, capturaron y ejecutaron a civiles. La operación no se produjo en el contexto de una confrontación militar. Los efectivos gubernamentales tenían pleno control de la zona».
Asimismo, los investigadores también han verificado el asesinato de otras 500 personas durante la ofensiva para recuperar la ciudad estratégica de Qusair. Durante el asedio se cortó el agua y se interrumpió el suministro de alimentos y la localidad fue intensamente bombardeada.
La única masacre de civiles atribuida a los rebeldes se produjo en junio, cuando éstos capturaron Hatla, en la provincia de Deir al Zor, en el este del país.
Y en medio de esta vorágine de cifras de fallecidos, el ataque de EEUU a Siria continúa en el aire. De esta forma, hoy se celebrará una reunión entre Washington y Moscú para dialogar sobre el plan de desarme de Al Asad. Un programa que debe ser «vinculante e implicar consecuencias si Damasco no lo cumple», aseveró el secretario de Estado de EEUU, John Kerry.
Y es que Obama tiene «esperanzas» en que su negociación con Putin sea fructífera y evite así la ofensiva. «En los últimos días hemos visto signos esperanzadores, en parte por la amenaza creíble de una acción del Ejército además de las conversaciones constructivas que tuve con Putin. El Gobierno ruso ha indicado su voluntad de unirse para presionar a Al Asad para que abandone sus armas químicas», señaló Obama.
