La Comisión Europea (CE) advirtió ayer a Portugal de que «cualquier desviación de los objetivos del programa de ajuste prolongará las dificultades», después de que el Tribunal Constitucional (TC) anulara parte de los presupuestos generales del Gobierno, y alertó de que dicha declinación «neutralizará los esfuerzos ya hechos y conseguidos por los ciudadanos portugueses, específicamente la creciente confianza de los inversores en Portugal».
La CE exigió al Gobierno luso que presente «rápidamente» las medidas alternativas para cumplir los objetivos de reducción de déficit pactados con la UE, y aclaró que deberán tener el mismo impacto presupuestario que los ajustes de 2013 anulados por el Tribunal Constitucional luso.
El Ejecutivo comunitario avisó, además, de que el cumplimiento del déficit es una «precondición» tanto para el pago a Lisboa del próximo tramo de 2.000 millones de euros, previsto para mayo, como para el alargamiento de los plazos de devolución de la ayuda.
Estas cuestiones, confirmó la Comisión, se discutirán en la reunión informal de ministros de Economía de la UE que se celebra este viernes en Dublín.
«Ahora corresponde al Gabinete portugués decidir y presentar las medidas que pretende tomar para adaptar el presupuesto de 2013 de forma que respete los objetivos fiscales», subrayó el portavoz de Asuntos Económicos, Simon O’Connor. «Confiamos en que esto suceda rápidamente» agregó.
La troika -formada por la Comisión, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- «deberá examinar las medidas que presente el Gabinete portugués», señaló O’Connor, «pero está claro que tendrán que respetar los objetivos presupuestarios».
Las reacciones ante el dictamen de la Justicia lusa no se han hecho esperar. De hecho, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, defendió que Portugal tendrá que buscar nuevas vías de ajuste después de que el Constitucional dictaminara que varias de las medidas de austeridad tomadas por el Gobierno de Passos Coelho para cumplir con las condiciones del rescate recibido son ilegales.
«Lisboa ha realizado muchos progresos en el último año de cara a recuperar el acceso a los mercados financieros, pero después de esta decisión tendrá que encontrar nuevas medidas», afirmó Schaeuble en declaraciones a la radio bávara.
Por su parte, el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, hizo un llamamiento al «consenso nacional» entre las principales fuerzas políticas en Portugal sobre los ajustes exigidos por la UE a cambio de la ayuda.
«Es muy importante trabajar por un consenso nacional», señaló Barroso en un mensaje dirigido a la principal fuerza de la oposición, el Partido Socialista, que fue el que pidió el rescate en abril de 2011 con José Sócrates como primer ministro, pero que ahora se opone tajantemente a los recortes que pide Bruselas.
El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, anunció el pasado domingo nuevos ajustes en materia de Educación, Sanidad y Seguridad Social para cumplir las exigencias de la troika y descartó nuevas subidas de impuestos.
El Ejecutivo comunitario respalda dar más tiempo a Lisboa para devolver el dinero del rescate, pero «obviamente la precondición para esta decisión es la aplicación continuada y en plazo del programa».
Bruselas negó que el plan de ayuda de Portugal haya fracasado, aunque admitió que el país se enfrenta todavía a «retos muy significativos» y que los ciudadanos lusos viven una «situación difícil».
