España vive uno de sus peores momentos a nivel económico. Con la prima de riesgo por encima de los 610 puntos a pesar de haber aprobado los recortes más duros de la democracia, la situación comienza a ser insostenible. Con la finalidad de frenar esta sangría y reducir el diferencial existente con el bono alemán a 10 años, el Gobierno instó ayer de nuevo al Banco Central Europeo (BCE) a «contrarrestar» a los mercados comprando deuda española. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, insistió en esta tesis una vez más mientras aseguraba al mismo tiempo que «no hace falta» intervenir la economía española.
La prima de riesgo se desbocó el viernes a 610 puntos, empujando a España a una situación muy delicada para financiarse en los mercados. De hecho, el propio Margallo reconoció que el interés por colocar la deuda es «inabordable» y la situación «insostenible».
El jefe de la diplomacia española criticó ayer a «algunos especuladores» que están empeñados en trasladar una falsa mala imagen de España con el único objetivo de ganar dinero en los mercados. Por ello, volvió a reclamar al BCE que tome medidas para evitarlo. «La imagen de España es buena, lo que no es buena es la imagen que algunos especuladores en los mercados quieren trasladar para hacer dinero», aseguró
En su opinión, esta actuación debe ser «contrarrestada» por el BCE «con una actuación decidida, pro europea», a través de la compra de deuda soberana española. El ministro matizó que cada reforma del Gobierno es «contestada por los mercados con una bofetada en seco».
García-Margallo cree que «los fundamentos de la economía española son extraordinariamente sólidos» y reincidió en que «no hace falta intervención». Así, señaló que «alguien tiene que apostar por el euro» y «en estos momentos» tiene que ser el BCE. Al ministro de Exteriores le siguieron voces desde otros partidos, como fue el caso del PSOE o del PNV, que reclamaban a Mario Draghi la necesidad de comprar deuda soberana española para tratar de enfriar a los mercados.
A pesar de las isistentes peticiones desde territorio patrio, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, hizo oídos sordos una vez más y aseguró que el euro no está en peligro frente a los peores escenarios de ruptura descritos por los analistas, aunque estimó que la profundización de la unión politica, económica y monetaria es inevitable.
En una entrevista exclusiva al diario francés Le Monde, Draghi reconoció que «hay analistas que se imaginan un escenario en el que estalla la eurozona» antes de negar tajantemente esta posibilidad. «Absolutamente no», contestó cuando se le preguntó si el euro estaba en peligro.
Los mencionados analistas «no reconocen el capital político» invertido por los líderes europeos, a juicio del presidente del BCE. «Es irreversible», ratificó Draghi sobre la moneda única.
A largo plazo, no obstante, la eurozona debería cimentar su desarrollo en una mayor integración entre los países que la componen. «Para mí, cualquier movimiento hacia la unión financiera, presupuestaria y política que llevará a la construcción de nuevos cuerpos supranacionales», indicó el máximo responsable del organismo monetario europeo, que sigue sin dar su brazo a torcer para que se relaje la presión sobre España.
