La empresa Alvac ha iniciado ya los trabajos de protección de las ruinas del ábside de la iglesia de San Agustín, cuyo proyecto se limitará a labores de limpieza y consolidación del paramento y el interior del recinto, con el fin de poder emplear este espacio en actividades de carácter cultural para la ciudad.
La intervención mantendrá el paramento con el listado de más de 1.800 segovianos fallecidos en la Guerra Civil pertenecientes al bando franquista, aunque la intención del Ayuntamiento es de instalar un monolito que recuerde también a las víctimas del lado republicano, así como un panel explicativo sobre la historia del extinto templo, desamortizado en 1845 y que en su origen ocupaba todo el solar donde hoy se levanta el Hospital Policlínico; así como la del convento asociado a este templo, cuyos restos pueden verse en la Calle de Los Donantes.
Los trabajos han comenzado en la parte superior de los paramentos, donde se han realizado obras de consolidación para evitar su progresivo deterioro, ya que el inmueble se encuentra en un irregular estado de conservación debido a que únicamente se conserva la cabecera de la antigua iglesia y no presenta cubiertas.
La piedra de los muros interiores, de caliza, está bastante deteriorada por la exposición a la intemperie. También existen problemas de filtración de agua en las partes altas de los muros, con aparición de manchas de humedad y vegetación. Asimismo, se ha producido el desprendimiento de alguna pieza, fundamentalmente de las cornisas y molduras superiores.
La concejala de Patrimonio Claudia de Santos explicó que las obras se dirigirán a limpiar los paramentos interiores, con relleno de mortero de cal y resinas. También se contempla la limpieza ‘en seco’ de las paredes interiores y de la fachada -a través de brochas- «para evitar cualquier tipo de daño», insistió De Santos. La retirada de las pintadas y restos de pintura sobre los muros obligará a emplear sistemas que impidan la eliminación de las inscripciones; ya que en algunos casos las pinturas empleadas son especialmente difíciles de eliminar.
El proyecto incluye además la limpieza y consolidación de elementos de piedra labrada o escuadrada, como pilastras o capitales, a través de una pasta de mortero especial. Además, se restaurarán las cornisas interiores de piedra, y se reparará toda la coronación de los muros, que se impermeabilizará con una chapa de zinc.
También se reparará y pintará la reja que hoy impide el acceso público al interior del espacio y se limpiará y arreglará el pavimento interior. La intervención contempla la retirada de los elementos vegetales y la colocación de un sistema de control antipalomas.
De Santos aseguró que el proyecto no contempla ninguna actuación que afecta a la estructura, sino solamente frenar la pérdida de volumen de las ruinas, y señaló que en documentos fotográficos de hace 30 y 40 años , «puede apreciarse na pérdida de altura tremenda por el galopante deterioro».
Una vez consolidado, el propósito municipal es habilitar el espacio, hoy cerrado al acceso público, para albergar actividades culturales al aire libre. «Cuando las ruinas se consoliden, el recinto puede convertirse -dijo De Santos- en un pequeño auditorio para los meses estivales, hay actividades culturales en la ciudad que pueden tener ese espacio como escenario».
En todo caso, De Santos desveló que el Ayuntamiento tiene en mente un proyecto para el futuro mucho más ambicioso, que hoy frena la crisis económica y la falta de aprobación del Plan Especial de las Áreas Históricas (PEAHIS). La idea es integrar las ruinas en un futuro edificio municipal que se levantaría aprovechando el talud y una pequeña parcela de propiedad municipal, en las inmediaciones de la calle Taray.
