Miles de personas asistieron ayer al acto de conmemoración del 70 aniversario del lanzamiento de la bomba nuclear contra Nagasaki, marcado por el compromiso y la petición de un mundo libre de bombas nucleares. El acto se celebró en el Parque de la Paz de Nagasaki e incluyó un minuto de silencio, tras el que tuvieron lugar los discursos del alcalde de la ciudad, Tomihisa Taue, y del primer ministro japonés, Shinzo Abe, según la BBC.
Por otro lado, una catedral que quedó completamente destruida por la bomba y ha sido reconstruida albergó una misa de recuerdo para las 70.000 personas que murieron en el ataque, tres días después del lanzamiento de la primera bomba nuclear en Hiroshima.
Taue hizo un llamamiento a las autoridades japonesas para abordar con “cuidado” el debate sobre los cambios en su legislación que llevarían a un cambio histórico en la postura de Japón ante la Defensa. En este sentido, afirmó que “flaquean” las ideas y creencias sobre la paz recogidas en la Constitución.
Por su parte, Abe aprovechó su discurso para reiterar su compromiso con un Japón libre de armas nucleares, después de haber recibido críticas por no hacer referencia a esta cuestión durante su discurso con motivo del aniversario en Hiroshima. “Como la única nación en el mundo que ha sufrido un ataque nuclear en guerra, he renovado mi determinación para jugar un papel crucial en el objetivo de un mundo sin armas nucleares y para mantener los tres principios no nucleares”, afirmó.
Los tres principios no nucleares a los que hizo referencia Abe en su discurso se basan en la política de no poseer ni producir armas nucleares, además de no permitir que nadie las introduzca en el país. Los medios japoneses indicaron que Abe no visitará este año el santuario sintoísta de Yasukuni, que rinde homenaje a los 2,5 millones de muertos japoneses en las guerras de la primera mitad del siglo XX, entre los que se incluye a catorce criminales de guerra ejecutados por sus delitos al final de la Segunda Guerra Mundial.
Abe, visitante regular del santuario, ha sido duramente criticado por estas ofrendas y visitas por China y Corea del Sur, que estuvieron bajo ocupación japonesa. Sin embargo, el mandatario continúa bajo el escrutinio ante la inminente publicación de un comunicado a finales de esta semana, con motivo del 70 aniversario de la rendición de Japón y en el que se espera que incluya una disculpa por su comportamiento durante la Segunda Guerra Mundial.
El primer ministro afirmó que este comunicado expresará “remordimiento” por las acciones realizadas por Japón durante la Segunda Guerra Mundial.
