La UE quiere tener la posibilidad de revisar los presupuestos de los Estados miembros antes de que los aprueben sus respectivos parlamentos, según explicó ayer en Madrid el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, que apuntó esta revolucionaria medida como una de las posibilidades para reforzar la vigilancia presupuestaria para que los Estados sigan el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que limita al 3% del PIB el déficit en el que puede incurrir cada país, aunque actualmente hay 20 de los Veintisiete que lo incumplen.
Para ello, el político finlandés explicó que es posible que la CE, en la propuesta que eleve el próximo 12 de mayo, apunte a la elaboración de una legislación secundaria o a la revisión del propio Pacto de Estabilidad.
En cualquier caso, Rehn recordó que esta medida, por ahora, «no compromete a nadie», y valoró el debate mantenido.
Asimismo, el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, aseguró respaldar «con el cien por cien de entusiasmo» la iniciativa, ya que, en su opinión, no tiene por qué suponer restar derechos o competencias a los Estados miembros y a sus Parlamentos. «Es una cuestión de información», señaló, para quien es necesario «conocer lo que hacen nuestros vecinos» para saber si sus cuentas van «correctamente encaminadas» o es necesario «influir» en ellas.
En cualquier caso, subrayó la necesidad de que los socios comunitarios sean «más prudentes» de lo que se han mostrado hasta ahora a la hora de elaborar sus presupuestos e insistió en que el principal objetivo es el de crear un «mecanismo permanente de crisis», para poder reaccionar cuando surjan los problemas.
Además, admitió que tras el caso de Grecia habrá que articular reglas «más estrictas» para el control de la deuda pública.
Por su parte, el presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, subrayó que, en cualquier caso, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento se ha mostrado como «fundamental» para el Viejo Continente, y supone el «núcleo mismo en el seno de la unión económica y monetaria». Asimismo, lamentó las severas críticas que ha recibido el Pacto con la crisis, tras problemas como el de Grecia.
En la defensa del Pacto de Estabilidad también salió Olli Rehn, quien, no obstante, admitió que se basa en unas previsiones macroeconómicas «muy optimistas», de ahí la necesidad de fijar este control. En cualquier caso, el máximo mandatario del BCE subrayó que la vigilancia no depende únicamente de los presupuestos, y también es importante controlar otros problemas como el de la evolución de la competitividad. Por de pronto, Bruselas ya está analizando la de fineses y españoles -escasa en este supuesto-. Luego lo hará con portugueses y luxemburgueses.
