Muchos jóvenes pero también algunas personas que pasan de la mediana edad componían la concentración que a partir de las 20 horas de ayer se realizó en el Azoguejo, convocada a través de redes sociales, correo electrónico y teléfono móvil, principalmente.
Eran más de 250 personas —estudiantes en gran parte pero también parados, profesionales, trabajadores, jubilados, etc— las que quisieron mostrar su apoyo al movimiento iniciado en otros puntos del país como la madrileña Puerta del Sol para expresar su preocupación e indignación “por el panorama político, económico y social”.
Con escasa vigilancia policial, mientras los asistentes formaban un corro y sirviéndose de un megáfono, una de las participantes, que dejó claro que es un movimiento espontáneo sin portavoces, tomó la palabra para leer varios documentos que están circulando por internet, empezando por el Manifiesto ‘Democracia Real Ya’, que habla de “corrupción de políticos, empresarios y banqueros” y de la “indefensión del ciudadano de a pie”.
De esta manera dio a conocer distintos puntos y los concentrados coreaban “¡No somos títeres!”en las pausas. El manifiesto cuestiona, por ejemplo, el funcionamiento del sistema económico y pide que se facilite “la participación política ciudadana mediante cauces directos”.
Quienes suscriben sus consideraciones se muestran convencidos de que es necesaria “una revolución ética” porque se ha puesto el dinero por encima del ser humano, señala expresamente.
Este movimiento denominado ‘Democracia Real Ya’ se declara apartidista y asindical pero no apolítico y apoya las acampadas espontáneas desprovistas de símbolos políticos promovidas por algunos asistentes a las manifestaciones del pasado día 15 en varias ciudades españolas pero no convocadas desde él. En este sentido se define como una plataforma horizontal, asamblearia y abierta a la participación, con vocación de continuidad después de las elecciones del próximo día 22.
Ayer, en el Azoguejo, fueron varios los asistentes que tomaron la palabra para dar su opinión, ofrecer propuestas o mostrar rabia. Una mujer desplegó un cartel de un vistoso color amarillo en el que podía leerse “No traigo banderas, traigo indignación”.
Otras intervenciones criticaron medidas aplicadas por el Gobierno, como los recortes justificados por la crisis económica o la inyección de dinero para “salvar a Caja Castilla-La Mancha”, así como la reforma laboral.
Una asistente insistió en que esta plataforma no es antipolítica si no que aspira “a unos políticos con una conexión real con el pueblo” y tampoco se mostró de acuerdo con el calificativo de “antisistema”, “porque es el sistema el que nos deja de lado”, puntualizó.
Un joven se preguntó si no sería mejor ampliar la dotación económica para el Centro de Investigaciones Oncológicas del doctor Barbacid y reducir la del Ministerio de Defensa. “Mejor tratar de curar que no matar”, concluyó.
También hubo quien animó a la participación en concentraciones que se celebrarán los próximos días en el mismo lugar. “Si cada uno de nosotros trae mañana una persona, seremos el doble y así cada día”, señaló, aunque otros anunciaron su deseo de acompañar a los concentrados en Madrid.
Así mismo se pidieron opiniones a favor o en contra de las manifestaciones vertidas por los asistentes y también circuló entre ellos una bolsa en la que fueron depositando papeles con propuestas que después se leyeron en público.
Varios jóvenes estuvieron comentando la concentración en redes sociales desde sus móviles y durante la misma también recibieron informaciones por la misma vía sobre lo que estaba ocurriendo en ese momento en la Puerta del Sol.
Durante la jornada en Twitter hubo más de doscientas repeticiones del hastag o etiqueta acampadaacueducto, acompañadas de otras como spanishrevolution, acampadasol, nonosvamos, etc.