Los segovianos saludaron la llegada del año que abre la segunda década del siglo XXI en una Nochevieja marcada por el bullicio de un ambiente festivo sensiblemente menor que en años anteriores y con escasos incidentes.
De acuerdo con los datos facilitados por el Servicio de Emergencias Castilla y León 112, durante la primera noche del año, la capital registró tres incidentes relacionados con peleas y agresiones, en uno de los cuales fue solicitada la presencia de una ambulancia para atender a los heridos. En lo que se refiere al consumo de alcohol, el 112 atendió cuatro casos relacionados con el abuso del alcohol, sin que se hayan facilitado datos sobre el estado de las personas con intoxicación alcohólica.
Por su parte, la Policía Local tuvo una noche «muy similar» a la de cualquier fin de semana, según ha informado un portavoz de la jefatura de servicio, donde si se evidenció un mayor número de llamadas para denunciar ruidos y molestias generadas por fiestas privadas en domicilios o locales, o por el alboroto de personas en la vía pública.
Además, se registro un accidente de tráfico en la calle Cañuelos, donde un vehículo colisionó contra un bolardo de granito, y cuyo conductor fue detenido por superar los niveles de alcoholemia permitidos por la ley.
En el plano puramente festivo, la crisis económica hizo mella en los segovianos, que asistieron en menor medida que en años anteriores a las propuestas de ocio de hoteles, restaurantes, bares y salas de fiesta. Los jóvenes volvieron a capitalizar todas las celebraciones, y tras compartir en familia las campanadas que saludan la llegada del nuevo año, salieron en tropel para desplazarse a los distintos lugares en los que decidieron celebrar la Nochevieja.
Un poco más allá de la una de la madrugada, el Azoguejo se transformó en el epicentro de las citas festivas, donde ataviados con sus mejores galas, iniciaron la fiesta brindando con cava y sidra por la fortuna del nuevo año.
Quienes optaron por las ofertas de los bares y salas de fiesta, hubieron de guardar cola en los primeros momentos de la noche para poder acceder a los locales, y a medida que avanzaba la noche, el ambiente fue creciendo en todos los establecimientos, aunque sin las apreturas de años anteriores.
Los cotillones de hoteles y restaurantes también registraron una gran animación que se prolongó hasta altas horas de la madrugada merced a la amplia oferta de actividades organizadas, donde la música y la posibilidad de compartir un chocolate calentito o unas sopas de ajo consiguieron captar la atención de muchos segovianos.
En los hogares, la televisión y los juegos de sociedad fueron una buena alternativa para pasar la Nochevieja, cuyos efectos pudieron sentirse en la ciudad, que hasta primeras horas de la tarde del día uno no comenzó a recuperar el pulso, aprovechando la mañana para un bien merecido descanso.
