Fue una mañana de mil colores. O al menos, de tantos como tenían las cajas de ceras, rotuladores y lápices que ayer utilizaron las decenas de niños participantes en el tradicional concurso infantil de dibujo de Carnaval convocado por la Concejalía de Cultura. El silencio que suele inundar el salón de estudio del Centro de San José se esfumó por arte de magia, la del Carnaval. En su lugar, la algarabía de los pequeños, que fueron quienes ocuparon mesas y sillas para derrochar imaginación y creatividad sobre el papel.
El salón se quedó pequeño por momentos. Fueron un total de 220 niños participantes, “más que ningún año”, relataba una técnica de Cultura mientras recogía los dibujos de los más rezagados. El año pasado fueron 208. Cada pequeño iba acompañado de padres o abuelos. Yen algún caso de ambos. Y muchos acudieron disfrazados, quizá buscando la inspiración para este particular certamen artístico. Cada participante recibía un lapicero, goma y sacapuntas. Elegían después entre una caja de rotuladores, una de ceras u otra de lápices de colores, cajas que, después de ser utilizadas, se las llevan a casa como regalo.
Los dibujos se hacen en un folio con membrete del Ayuntamiento. El niño participante pone en el reverso su nombre y apellidos, edad y teléfono de sus padres. Los datos sirven para dirigir el dibujo a cada una de las categorías, por edades, en que se divide el certamen. Y participantes hubo de todas, desde los dos años de edad hasta los doce.
Las pequeñas obras de arte serán ahora revisadas por un juntado, que premiará las mejores. Y a la luz de la calidad y originalidad de muchas de ellas, no lo tendrán nada fácil. El veredicto se conocerá esta misma semana.
