Por más que cueste creerle después de que días atrás declarara que la suerte ya está echada, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quién sabe si precisamente para intentar que se olvide aquella otra afirmación, aseguró ayer que la decisión sobre si se presentará o no a la reelección en los comicios generales de 2012 no está pendiente del resultado de la cita autonómica y municipal de mayo próximo, ya que, no depende de las «circunstancias», pues vendrá determinada solo por sus propias «convicciones».
Así al menos lo dijo ayer el líder socialista durante una entrevista concedida a Onda Cero durante la que se negó a dar ninguna otra pista. Eso sí, a la pregunta de si el PSOE debería elegir a su próximo candidato en unas primarias, el inquilino de Moncloa respondió que en el PSOE «todo está regulado».
Acto seguido añadió que, «para el futuro, cuando sea, dentro de ‘equis tiempo’ o de ‘equis años’», él desea que su sucesor tenga «la misma legitimidad» que él ha tenido para dirigir el partido -es decir, respaldado por el apoyo mayoritario de un Congreso-.
Por lo que respecta a los nombres de sus posibles sucesores y después de que el entrevistador mencionase a su número dos en Ferraz, José Blanco, a su mano derecha en el Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, y a la ministra de Defensa, Carme Chacón, el presidente sostuvo que «todos ellos» le gustan.
no importa el nombre. En este punto, Zapatero dijo estar plenamente de acuerdo con el jefe del PP, Mariano Rajoy, que la semana pasada afirmó que le daba igual competir con Zapatero que con cualquiera de sus posibles relevos. «Sí, es verdad que da igual, pero da igual para que a lo mejor él no gane, que es la tendencia en la que habitualmente ha estado Rajoy», apostilló irónico el socialista previamente a opinar que «está bien que (Rajoy) se sienta ganador».
No obstante, el inquilino de Moncloa afeó al popular el tono que empleó en aquella ocasión, cuando llamó «Pepiño» a Blanco y «la Chacón» a la jefa de Defensa.
Además, puso buen cuidado en advertir al PP de que «no es la primera vez que las encuestas predicen su victoria y ésta no se materializa en las urnas». «Aquí lo que cuenta es el ‘día D’; esto no es lo que parece», deseó en voz alta el socialista, al que las encuestas le sitúan a más de 15 puntos de la formación conservadora. «Hasta el rabo, todo es toro», apostilló.
estará en la campaña. Por lo que respecta a los próximos comicios municipales y autonómicos, Zapatero desveló que participará en la campaña «de la manera normal y habitual» en este tipo de citas y confió en que tal implicación le servirá «para explicar cosas a los ciudadanos».
En todo caso, Zapatero quiso subrayar que los comicios de mayo «tienen mucho más que ver», aunque «no todo», con los Gobiernos y los candidatos locales y regionales. «Situemos las cosas en sus justos términos», dijo poniéndose la venda antes siquiera de que los españoles le inflijan un con toda probabilidad severísimo correctivo.
En el mismo tono de victimismo, el socialista añadió que «los buenos resultados, los éxitos, serán responsabilidad colectiva, y las dificultades, los resultados negativos, lógicamente corresponden a quien tiene la máxima responsabilidad, el máximo poder y ha tenido y tiene tanto apoyo de sus compañeros. Sé que la tengo, la tendré y nunca me justificaré ni echaré la culpa a otros».
Tal aseveración dio pie para nuevas preguntas sobre su porvenir político, pero el jefe del Ejecutivo quiso dejar bien claro que no dirá nada más hasta que llegue «el momento, el tiempo y la forma» y que ahora está dedicado a ejercer «plenamente» su responsabilidad, que es, añadió, promover la creación de empleo.
