El autor confeso del doble atentado de Noruega, Anders Behring Breivik, tenía planes todavía más amplios que superaban en dramatismo los ataques perpetrados contra el distrito gubernamental de Oslo y la isla de Utoya, según afirmó ayer su abogado, Geir Lippestad.
«El viernes de la semana pasada, mi defendido tenía todavía más proyectos de diversas dimensiones e igual de concretos que los de la bomba en el barrio gubernamental y la matanza en el campamento de la isla», aseguró.
Respecto al desarrollo de los acontecimientos, Lippestad señaló que ese día ocurrieron cosas en las que «no puedo entrar». Como consecuencia de ello, «todo se desarrolló de forma algo diferente a lo que Breivik había imaginado».
Entre los planes del asesino ultraderechista próximo a fundamentalistas cristianos e islamófobo, el abogado apuntó a bombas en otros dos edificios de la zona afectada por el primer ataque.
Mientras tanto, Anders Breivik fue interrogado de nuevo por la Policía, sin dar información reveladora, una semana después del doble atentado, acerca de los datos actuales aportados por las investigaciones que están en curso.
La instrucción de su proceso se prevé compleja y el objetivo de la Fiscalía es que responda por cada una de sus víctimas, los ocho fallecidos en el atentado con coche bomba del complejo gubernamental más los 68 del campamento juvenil socialdemócrata de esa pequeña isla vecina, a 40 kilómetros de la capital.
En esta controvertida investigación, los agentes dieron ayer un paso más al reconocer a las 77 personas que perdieron la vida en la masacre. «Todas los fallecidos han sido identificados y el número de muertos y desaparecidos se corresponde», declaró Johan Fredriksen, uno de los máximos responsables de la Policía de Oslo.
Por otra parte, el Consejo federal de la Liga Norte de Italia decidió suspender durante tres meses como miembro del partido al eurodiputado Mario Borghezio por las declaraciones en las que calificó las ideas del criminal como «buenas y óptimas».