Cristiano Ronaldo decidió ayer un tedioso encuentro con un tanto desde el punto de penalti y una asistencia a Gonzalo Higuaín, que colocaron como líder provisional al Real Madrid. Los blancos acabaron goleando al Espanyol gracias a la diana postrera de Karim Benzema.
El conjunto de Concha Espina no halla continuidad en su juego y, de hecho, cuesta identificar su estilo. El vendaval ofensivo del estreno europeo ante el Ajax fue un espejismo para un equipo que, en la actualidad, basa sus argumentos en la lucha y en la calidad individual para decidir.
Alejado de la imagen que, en teoría, desea el preparador José Mourinho, el bloque anfitrión sigue ganando, pero sin brillo. La crítica no resulta excesiva por el momento, dado que los marcadores acompañan. Eso sí, el público solo se levanta de sus asientos con positivos detalles aislados de Özil o Di María.
Solo la valentía podía hacer triunfar al Espanyol en el Santiago Bernabéu, y Mauricio Pochettino es un técnico atrevido. Con su táctica, ahogó al Real Madrid, tapando su fuente de alimentación. Dejar a los ‘merengues’ a expensas de individualismo pareció tan sencillo como tapar a Xabi Alonso.
El planteamiento para romper los 14 años de sequía en el coliseo de la capital de España era aceptable, pero a los visitantes les faltó acierto en los últimos metros. Íker Casillas no tuvo que intervenir en el primer acto, pero fue decisivo después del descanso.
El combinado local intentaba dominar, pero sin apenas éxito. Sus ocasiones surgían con cuentagotas. En la primera se lució Kameni, tras un disparo de Di María con la zurda (m. 7). No obstante, poco pudo hacer el arquero en los dos penaltis -hubo que repetir-, bien lanzados por Cristiano Ronaldo. Una falta recibida por el luso al borde del área acabó en la mano de Luis García en su lanzamiento. El colegiado no se lo pensó y señaló el punto fatídico.
El portugués, con la ansiedad rebajada por su diana, pretendía recuperar su mejor nivel; aunque se esforzó, no se trataba de la noche más propicia para destacar.
Casillas actúa
En la reanudación, el panorama para el Madrid tampoco tenía buena pinta, pero el Espanyol perdió su oportunidad.
Casillas voló y sacó una mano providencial en un disparo con la zurda de Verdú (m. 53). De esta manera, colaboró decisivamente al éxito de un equipo que no sentenciaba.
De repente, a Mourinho se le torció el gesto cuando Pepe acabó en el vestuario antes de tiempo. El defensa recibió dos cartulinas amarillas -la inicial por una durísima entrada a Callejón- en un corto período de tiempo y dejó a su bloque en inferioridad.
Sin embargo, la angustia de los hinchas blancos no duró en exceso. En esencia, lo que tardó el árbitro en sacar una tarjeta roja directa a Galán por una falta a Cristiano Ronaldo.
Con las fuerzas igualadas en cuanto al número de efectivos, Mourinho optó por una estrategia muy conservadora. Retiró del campo a los ‘malabaristas’, Özil y Di María, para introducir a Arbeloa y a Khedira. Ciertos seguidores de la entidad ‘merengue’ protestaron, aunque no demasiados.
El hecho es que los goles posteriores le dieron la razón. El Espanyol se fue apagando y, al contragolpe, llegaron las ocasiones anfitrionas. Higuaín sentenció la contienda a placer gracias a un pase de Cristiano Ronaldo, y luego Benzema conectó un gran derechazo para el 3-0 final.